Los altísimos índices de residuos fecales en la dársena de Aldán, que multiplican por cinco los máximos permitidos para poder extraer y comercializar el marisco en las condiciones actuales, pone en peligro la actividad y, con ello, una veintena de puestos de trabajo directamente relacionados con la extracción de bivalvos como berberecho, almeja y navaja. Las muestras recogidas en los tres últimos meses por el biólogo de la cofradía y analizadas por el Intecmar (Instituto Tecnolóxico para o control do Medio Mariño) de Galicia constatan una elevada presencia de enterococos fecales y particularmente de la bacteria Escherichia coli, que supera los 18.000 unidades, muy por encima de las 4.600 que marcan el tope permitido para ese ámbito declarado como zona B (precisa al menos 24 horas de depuración para poder consumirlo). Ese tiempo se ha ampliado hasta 48 horas, pero la Consellería ya ha advertido al cabildo que el problema obligará a "rebajar" la calificación de la zona, que pasaría a C, y el marisco solo se podría comercializar previa reinstalación y depuración con procesos más rigurosos e inviables para hacer rentable la actividad.
Los responsables de la cofradía San Cibrán han lidiado durante años con este problema, que ligan a la ausencia de una red separativa de aguas pluviales y fecales, así como a las deficiencias en los pozos de bombeo de Aldán y Vilariño, que no dan abasto o se estropean y rebosan al río y a la playa. Aunque en los últimos ejercicios se incrementó el control sobre los vertidos y el problema se limitaba a los días más lluviosos, cuando las riadas disparan el volumen que el sistema es capaz de depurar, desde el pasado mes de noviembre los muestreos han vuelto a ser "desoladores" , lamentan desde la cofradía, que exigen una actuación más decidida del Concello y de la concesionaria, Aqualia, para frenar el deterioro de la dársena y salvar sus recursos.
Cuando no se cumple con los criterios microbiológicos, las autoridades reevalúan el estatus de los controles de la zona de recolección y/o del establecimiento, que en este caso supondría la "degradación" a zona C, reconoce el patrón mayor, José Manuel Gregorio, y con ello el descenso de la rentabilidad hasta límites que pueden hacerla inviable. De hecho, el cabildo ya se cuestiona la contratación de cinco mariscadoras a pie que se sumarían a las tres que ya faenan en la extracción de bivalvos, si el producto no tiene salida, y también se verían afectados una decena de navalleiros que verían "reducido nun 25% a súa zona de traballo", calcula Gregorio.
Pero, si las bacterias fecales no descienden drásticamente a muy corto plazo, no solo se verá afectada la dársena, sino que podría implicar a las zonas colindantes, que descenderían en la clasificación, pasando de A (no necesita depuración) a B, afectando a todo el proceso con los correspondientes sobrecostes. Los responsables de la cofradía constatan desidia en el Concello a la hora de actuar, se quejan de que sus requerimientos no tengan respuesta y apuntan al separativo de pluviales y fecales y a la mejora de los bombeos como actuaciones más urgentes para salir del atolladero. De lo contrario, advierten, la imagen y la rentabilidad seguirán menguando, poniendo en peligro el sector.
