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El Museo Massó de Bueu cierra un año histórico y supera por primera vez la barrera de los 20.000 visitantes

El ejercicio 2015 se cierra con 21.527 visitas

La inauguración de la exposición sobre la caza de la ballena en Galicia. // Gonzalo Núñez

El año 2014 fue el mejor para el Museo Massó desde su apertura al público, con una cifra de visitantes que rozó los 19.000. Pero ese honor ahora corresponde al recién acabado año 2015, donde el museo marinero buenense ha batido todos sus registros impulsado por la gran exposición temporal vinculada a la caza de la ballena. El Museo Massó superó ampliamente la cifra mágica de los 20.000 visitantes, llegando a los 21.527 a fecha 31 de diciembre.

Ese número de visitas confirma al museo como uno de los principales referentes y dinamizadores de la actividad cultural y turística del municipio. "Va a ser difícil superar los números de 2015, pero lo vamos a intentar", adelanta la directora, Covadonga López de Prado. La muestra inaugurada en julio bajo el título "De Punta Balea a Cabo Morás. A caza moderna da balea en Galicia" ha supuesto un gran tirón para la actividad del museo y ha despertado un enorme interés, tanto en la comarca como entre los visitantes. "Es una exposición con un especial atractivo, con mucho interés en esta zona debido a su vinculación con la fábrica de Massó de Cangas", apunta la directora. Ésta es una de las razones por las que esta muestra se podrá ver durante todo el año 2016 ya que además tiene la ventaja de que "se complementa perfectamente con la colección permanente". Precisamente en los próximos días se pondrá a la venta un cuidado catálogo vinculado a esta exposición, que incluye fotografías y textos explicativos. La publicación estará a la venta al precio de 10 euros e incluye edición en gallego y castellano.

A finales del verano ya se intuía que el año 2015 iba a ser de récord. Al acabar septiembre el número de personas que había pasado por las salas del Museo Massó era de 18.500, lo que suponía casi igualar todas las visitas del año 2014, que fueron 18.932. El museo buenense aguantó el tirón en el último trimestre y al final cerró con un incremento de 2.600 visitantes, hasta superar los 21.500. Los meses del verano siguen siendo los que concentran la mayor afluencia, coincidiendo con la temporada alta del turismo. Solo en el mes de agosto se contabilizaron más de 5.260 visitas, mientras que en julio se rozaron las 4.000, y en junio y septiembre hubo más de 2.000. En total, durante la temporada estival se registraron 15.200 de las 21.500 visitas totales.

Este dato se valora muy positivamente, pero lo que más satisface en el museo es la relación entre los visitantes individuales y los que acuden en grupos organizados. Los primeros siguen siendo amplia mayoría: 15.201 frente a 6.326. El dato es relevante porque se entiende que esas visitas individuales son por propio interés y curiosidad y no forman parte de un pack "cautivo" de actividades organizadas. En cuanto a la procedencia de esos visitantes la gran mayoría son de O Morrazo, resto de Galicia y España. Por comunidades autónomas destacan las personas procedentes de Madrid, País Vasco, Cataluña o Castilla-León. En cuanto a los extranjeros, la lista de países es realmente amplia, incluyendo Inglaterra, Francia, Holanda, México, Australia, Rusia, Polonia, Alemania, Estados Unidos, Irlanda, Venezuela o Guinea Ecuatorial.

Actividades 2016

A lo largo de las próximas semanas se conocerá el presupuesto del que dispondrá el Museo Massó, que depende de la Consellería de Cultura, para el año 2016. La intención es al menos organizar una exposición más, aunque a menor formato, para acompañar a la gran muestra de la ballena. La dirección entregará a la Xunta en breve el programa arquitectónico, un trabajo que es paso previo para cualquier obra de ampliación. La idea es la ya expresada con anterioridad: recuperar las antiguas naves de la fábrica de los Massó y así explicar toda la evolución del proceso de la pesca. Desde el almacén de salazón artesanal que compró en 1816 Salvador Massó Palau, la transformación en una fábrica de salazón y la conversión en una gran fábrica de conservas. "Toda la estructura que se conserva puede explicar perfectamente ese proceso, con lo que también responderíamos al título de nuestra guía oficial: 'El museo que creció dentro de una fábrica de conservas'", concluye la directora del museo marinero buenense.

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