Don Donato Bernárdez Sotelo, el párroco fundador de la iglesia de O Carme de Moaña en 1964, ya descansa en su parroquia. Ayer el templo se quedó pequeño para acoger a todos los feligreses que querían presenciar cómo se cumplía uno de los deseos de Don Donato: que sus restos encontrasen descanso eterno bajo el altar parroquial. 14 años han pasado desde su fallecimiento y en todo este tiempo el cuerpo de don Donato reposó en el cementerio municipal de Trigás.

El traslado de la urna con las cenizas fue seguido de una misa oficiada por varios curas y presidida por el arzobispo de Santiago, Julián Barrio. A su llegada a la puerta de la iglesia Barrio tomó la palabra para pedir a los feligreses su "afecto y plegarias" por el fundador de la parroquia, al que definió como una persona "generosa, en palabras de todos los que le conocían". Los sacerdotes recorrieron con la urna el camino hacia el altar, en donde ya reposan las cenizas. Después de trazar un recorrido de la vida de Don Donato dedicada a la Iglesia, el actual párroco de O Carme, José Luis Muñiz, encendió una vela por su alma.

Explicó que durante sus años en Moaña el fundador de la Parroquia de O Carme "vivió rodeado del cariño y la gratitud de cuantos lo conocían" y recordó cómo, tras su fallecimiento el 29 de enero de 2002, su funeral se celebró en la misma parroquia a la que ligó su vida, aunque es natural de Coiro (Cangas), en donde nació en 1912.

"Ya en vida la Cofradía de O Carme le propuso al párroco su entierro en la iglesia, y sabemos que le agradaba la idea, por eso ahora se hace realidad aquel proyecto", relató el actual párroco antes de dar por iniciada la misa. El retraso a la hora de cumplir las últimas voluntades de Don Donato se debió a que el altar de la iglesia estaba a medio construir.

San Martiño

El cura del que ayer se acordaban todos los presentes en la ceremonia llegó a la Parroquia de San Martiño en octubre de 1941, de la que llegó a ser párroco en 1952. Fue en agosto de 1964 cuando, por decreto del arzobispo, se creó la parroquia de O Carme y se inició la construcción de la iglesia. Regentó esta parroquia hasta su fallecimiento en 2002 y durante dos años fue también el párroco de Domaio.

Sus 38 años al frente de la parroquia del litoral moañés le sirvieron para que los nombres de Don Donato y Moaña quedasen ligados para siempre. Una céntrica calle con su nombre a comienzos de la década pasada fue la primera piedra para que el párroco no cayese nunca en el olvido.