El problema registrado hace ahora un año cuando los vecinos de varias zonas de Bueu se encontraron con que el agua procedente de la red de abastecimiento salía con un marcado aspecto turbio y marrón ha derivado en un nuevo expediente a la concesionaria municipal. El gobierno local ha decidido expedientar a Aqualia, a la que atribuye una falta de carácter "grave" por aquellos hechos. "Cuando se constata una deficiencia en el servicio lo primero que se hace es pedir las explicaciones pertinentes, después de las cuales se valora si hubo un presunto incumplimiento del contrato y si hay que tomar las medidas correspondientes", afirman desde el ejecutivo.

En este caso se encargó una auditoría a Lagares Ingeniería, que apunta hacia una presunta falta de mantenimiento y ausencia de mejoras en las captaciones de agua. "Hay que garantizar que funcionasen correctamente y que estuviesen protegidas ante una eventualidad como la que sucedió entonces", insisten desde el Concello.

Aquel problema de turbidez obligó a lanzar un aviso a los vecinos de varias zonas de Bueu para que evitasen beber o cocinar con el agua que procedía de la red. "Estaba totalmente sucia y su aspecto era inadmisible", recuerdan. Aqualia abrió una investigación en su momento, en la que se llegó a pensar incluso en la tesis del sabotaje, que finalmente determinó que el problema tuvo su origen en la rotura de una bolsa de agua en una pista forestal y que acabó en una de las captaciones de la zona alta de Cela.