Diputación de Pontevedra y Mancomunidade do Morrazo ven "buena sintonía" en la empresa concesionaria del servicio de recogida y tratamiento de basuras, Recolte, para poder implicar a la planta de A Portela dentro del plan de compostaje auspiciado desde la institución supramunicipal. Ése es el sentir general a pesar de que la visita prevista ayer por parte de representantes de la Diputación y de los concellos de Cangas, Moaña y Bueu al complejo medioambiental tuviese que suspenderse a última hora y aplazarse sine die.

La hoja de ruta de la Diputación en esta apuesta medioambiental pasa, tal y como explicó su asesor técnico, Carlos Pérez, "por ir de menor a mayor. Primero con los composteros individuales y los centros comunitarios de compostaje, pero más adelante, tratando de implicar a las plantas comarcales". Y en el caso de A Portela, asegura, "podría entrar si se reconvierte de forma adecuada". Este tercer paso, que se iniciaría a partir del mes de marzo, traería consigo que desde la Diputación se expusiese el planteamiento técnico, pero también que se negociase una contraprestación económica por el tratamiento de esos residuos orgánicos mediante la elaboración del compost.

Con todo, la jornada de ayer sirvió para que el ente supramunicipal llevase tanto a Moaña como a Bueu su plan de compostaje, en sendas reuniones abiertas a la participación de colectivos y vecinos. Esto a pocos días del 1 de febrero, fecha límite para que los concellos puedan acogerse a un plan en el que Cangas, Moaña y Bueu ya han mostrado su intención de participar. "Desde hace tres semanas estamos recibiendo adhesiones, si bien esta última semana a un ritmo más fuerte", desvela Carlos Pérez. El plan contempla la dotación de 2.500 composteros individuales y de 400 módulos unitarios de un metro cúbico que se repartirán bajo petición. "Tenemos garantizados 6 meses ampliables a 12 pero esto es solo la llama que tiene que prender", señala, en referencia a que más adelante la responsabilidad del plan deberá caer en los propios concellos.

La implicación de los ciudadanos es el elemento básico de toda la estructura, tal y como se encargó de recordar el asesor técnico de la Diputación en las charlas. Para ello explicó el funcionamiento de los composteros a la vez que trató de borrar algunos mitos. El proceso es sencillo. Solo hay que depositar los restos orgánicos en el compostero y mezclarlos con el estructurante que facilita la propia Diputación. Del control posterior se encargarán los 20 maestros composteros que se están formando en la actualidad. Pérez apuntó que la cantidad de compost que se genera es perfectamente asumible. "Por cada 100 kilos de basura se generan 10-12 de compost. Cada ciudadano puede generar medio kilo al día, lo que hace que a lo largo del año sean 15 kilos de compost. Y eso no da ni para las plantas de casa", sentencia.