Al menos tres barcos de Bueu han vuelto a sufrir la visita de los amigos de lo ajeno. En la madrugada del martes al miércoles una o varias personas accedieron a los pantalanes y se llevaron el marisco, principalmente centolla, que varias embarcaciones tenían fondeado en "salabardos" a la espera de poder comercializarlo en lonja. "Estamos hablando de unos 50 kilos de centolla", se quejaba ayer uno de los afectados, que manifestaba que ésta es una situación que se repite demasiado a menudo. En el mes de diciembre, justo en la época de mayor demanda de este producto ya ocurrió algo parecido.

Los armadores creen que detrás de estos robos están personas con problemas relacionados con la drogodependencia y que luego intentan vender esta mercancía a un precio inferior al de mercado. "Estamos en lo de siempre porque los que compran saben de donde procede el producto", critican los afectados.