Seguridad y colapso en el tráfico, orden público y vandalismo contra el patrimonio histórico y consumo de alcohol y otras sustancias, incluso por menores de edad, son los principales problemas a los que debe enfrentarse el operativo elaborado por los cuerpos y fuerzas de seguridad para las celebraciones del Entroido en Cangas, y particularmente en la parroquia de O Hío y, en menor medida, en la de Aldán. El alcalde se reunió ayer con los mandos de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil con el fin de coordinar los medios disponibles para actuación y prevención en los distintos puntos y pedir refuerzos en caso necesario. El plan también incluye la puesta en alerta del Punto de Atención Primaria (PAC) de Cangas para atender posibles urgencias sanitarias, para las que también se contratará una ambulancia adicional que estará operativa el lunes y el martes desde primera hora de la tarde.

Las medidas son similares al año pasado, donde se produjeron menos incidentes que en años anteriores, cuando se llegó a cuestionar la supervivencia de esta celebración tradicional. Los recorridos de las comparsas y la marea humana que las acompaña no diferirá, excepto en la ruta hacia Pinténs, que en la última edición se hizo por el Camiño da Chamiceira y O Subrido con la intención de descongestionar la carretera principal, aunque se logró el efecto contrario y ambos viales quedaron saturados, por lo que no quedó una vía de escape disponible. Este año se hará solo por el vial principal.

También se repetirán las medidas de protección del patrimonio histórico y artístico, especialmente el cruceiro de O Hío, que será vallado para impedir el acceso de personas que podrían poner en peligro su integridad. Desde el Concello reconocen la mayor sensibilización social hacia este patrimonio y también el trabajo de los organizadores para que el Entroido sea sinónimo de alegría y diversión sin causar daños a los bienes públicos o privados. El consumo abusivo de alcohol y otras drogas se vigilará especialmente entre los más jóvenes, y Guardia Civil y Policía Local establecerán puntos de control de aprovisionamiento para intentar evitar los "desmadres" y las secuelas causadas por estas sustancias, como los comas etílicos.

Además del atrio parroquial de O Hío, hay otros puntos de especial confluencia de gente en los que se pretende garantizar la seguridad y el tránsito. La aldea de Donón es otra de las zonas más concurridas, y el año pasado se realizaron cómputos de asistencia de entre 7.000 y 10.000 participantes, muchos de ellos foráneos.