Coordinar el plan de seguridad para la fiestas del Entroido en Cangas, y principalmente en las multitudinarias celebraciones en las parroquias de O Hío y Aldán, es el objetivo de la reunión que este mediodía mantendrá el alcalde, Xosé Manuel Pazos, con mandos de la Guardia Civil, Policía Local y Protección Civil. El refuerzo de efectivos de seguridad ya se produjo en los últimos años con agentes de Pontevedra, tras registrarse actos vandálicos y la presencia masiva de participantes foráneos y con prácticas "alleas" al carnaval tradicional, poniéndolo en peligro,. Es previsible que en esta edición se desplieguen de nuevo refuerzos de efectivos de la Benemérita y se realicen masivos controles de alcoholemia para evitar "desmadres" o poner en entredicho la seguridad en las carreteras.

Concello y organizadores sostiene que la diversión debe estar garantizada pero también la posibilidad de disfrutar del Entroido de forma responsable y sin que se ponga en peligro a las personas o el patrimonio histórico, artístico y cultural, como es el caso del cruceiro de O Hío y su entorno, que se baraja volver a vallar para evitar sorpresas como que algunos desaprensivos se suban al emblemático monumento. La presencia de Guardia Civil y Policía Local se reforzará especialmente durante los dos principales días de la fiesta del Entroido -lunes y martes-, que congrega a miles de personas.

Desde hace unos años la polémica envuelve a este Entroido que dejó de ser un encuentro tradicional de comparsas que recorren los barrios para convertirse en un macrobotellón de gente joven llegada desde diferentes partes de Galicia. Ni los organizadores, ni los vecinos ni el propio Concello defienden que ese modelo se "desvirtúe", y en las dos últimas ediciones ya se ha logrado "corregir" en parte, aunque se quiere seguir mejorando.

El principal despliegue se produce en torno al cruceiro de O Hío, donde se concentran miles de personas que ponen en peligro la integridad de este importante elemento patrimonial, además de registrarse problemas de seguridad en las carreteras, incidencias sanitarias derivadas del consumo de alcohol y drogas, destrozos de mobiliario, desórdenes públicos, agresiones y peleas, según figura en los planes de seguridad realizados en los últimos años para planificar el operativo que identifica los principales problemas y se concretan entre las distintas administraciones y los organizadores las pautas a seguir para evitar incidentes.