La Policía Local de Bueu se vio envuelta en la madrugada del domingo en una persecución de película. Una patrulla persiguió durante un buen rato a un vehículo por el centro urbano de la localidad a velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora, según testigos presenciales. El conductor finalmente logró darse a la fuga, pero parece que no por mucho tiempo. El coche y su ocupante podrían estar ya identificados y el hombre podría enfrentarse a un presunto delito contra la seguridad del tráfico.

La persecución comenzó alrededor de las 5.00 horas de la madrugada, cuando una patrulla estaba realizando un control de alcoholemia en el cruce entre las calles Johán Carballeira y Pazos Fontenla. Los agentes le habrían dado el alto al conductor de un automóvil, que hizo caso omiso a las indicaciones y siguió su marcha. La Policía Local pudo reconocer el vehículo e inició una búsqueda por el entorno urbano. Así, se volvieron a encontrar con él en la calle Ramón Bares, cuando el automóvil circulaba en dirección al centro.

El conductor volvió intentar dar esquinazo a los agentes, pero esta vez conduciendo a grandes velocidades en calles y vías con la velocidad limitada a 50 kilómetros por hora y saltándose las señales de tráfico. En primer lugar se dirigió hacia Ramal dos Galos y Canibelos, donde se saltó el Stop, y luego subió por Castelao para incorporarse a la carretera PO-551 y poner dirección Cangas. En este punto volvió a ignorar un stop y puso en peligro a otros coches que sí circulaban correctamente.

Luego se saltó el semáforo del cruce del centro de salud y se metió por este vial de servicio, para luego dirigirse por la calle A Pedra hacia el pabellón y los institutos. Acto seguido volvió a la calle Ramón Bares de nuevo en dirección al centro urbano. Esta vez, al llegar al cruce entre Canibelos y Castelao, bajó hacia la calle Pazos Fontenla, donde volvió a hacer caso omiso de un stop en la peligrosa intersección entre Castelao y Pazos Fontenla. A partir de aquí siguió con su huida a gran velocidad y consiguió dar esquinazo a la patrulla. Aún así podrían iniciarse diligencias para una denuncia por un presunto delito contra la seguridad del tráfico si se confirma que se pudo tomar la matrícula. Buena parte de este periplo pudo ser observado por los vecinos que salían de los locales de ocio nocturno o que regresaban a sus domicilios tras una noche de "marcha".

Por otro lado, durante la madrugada se multó a un conductor novel que tras un "pique" con otro coche fue cazado realizando un adelantamiento sobre un paso de peatones. El chico arrojó una tasa de 0,40 y 0,44 en la prueba de alcoholemia, con lo que se enfrenta a la pérdida de 6 puntos en el carné de conducir y a una multa de 1.000 euros.