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José María García Elorz: "La satisfacción real sería un castigo a quien propició los errores en el caso de José Eligio"

La defensa no recurrirá la indemninzación por los ocho meses que el vecino de Bueu pasó en prisión por una violación que no cometió

El abogado José Mª García Elorz, que defendió al buenense José Eligio Otero, en Pamplona. // Cortesía Unai Beroiz/Diario de Noticias

La exculpación y liberación del buenense José Eligio Otero Martínez, que pasó ocho meses en prisión, fue posible gracias en primer lugar a que era inocente y, en segundo lugar y no menos importante, a que en su camino se cruzó el abogado navarro José María García Elorz. El letrado creyó firmemente en la inocencia del joven y logró demostrar el tremendo error cometido en los laboratorios de criminalística de la Guardia Civil. "Un error que no fue uno sino dos. El ADN inicial que tenían etiquetado inicialmente como el suyo tampo lo era", explicaba ayer a FARO desde Navarra antes de emprender un viaje de trabajo.

-¿Cómo valoran la sentencia de la Audiencia Nacional que obliga al Estado a indemnizar con otros 70.000 euros a José Eligio?

-La valoración es muy positiva. Es todo un éxito que la Audiencia Nacional haya variado su criterio, que era el de un pago de 120 euros diarios por cada día en prisión. Esa fue la cuantía que se le reconoció inicialmente a José Eligio (los 31.080 euros pagados en 2013) y que el Estado pagó muy rápidamente, con gran celeridad. Pero entendíamos que aquí concurrían circunstancias excepcionales y que no se daban en otros casos. También es verdad que era difícil acreditar todo el lucro cesante que se solicitaba debido a la naturaleza de los trabajos de mi cliente, pero estamos satisfechos con la sentencia y no la vamos a recurrir. Éste era un caso sangrante, excepcional, y la Audiencia ha variado sus criterios.

-La indemnización total suma 100.000 euros, ¿pero es realmente posible resarcir a una persona que ha estado ocho meses en prisión por un delito tan "infamante" como una violación, tal como lo califica el fallo de la Audiencia?

-No es posible [rotundo]. Pero hay cosas que solo se pueden paliar de alguna manera con el dinero. De todos modos, en este caso la satisfacción realmente sería el castigo contra los que propiciaron este error. La Administración tiene herramientas para depurar sus responsabilidades y debería actuar de oficio. No se puede tener en un laboratorio, haciendo pruebas de ADN, en algo tan esencial, a un funcionario metiendo estas gambas. ¡Y no es una metedura de gamba, que son dos! Se equivocaron al etiquetar el ADN de este caso y ya se habían equivocado anteriormente con el del caso anterior de José Eligio en A Coruña, que tampoco era el suyo. La Administración tiene cauces para depurar responsabilidades por el mal trabajo de un funcionario, lo que pasa es que nunca lo hace y mucho me temo que en este caso tampoco lo hará.

-Los propios agentes de la Guardia Civil le pidieron disculpas en su declaración por videoconferencia, aunque supongo que para ustedes sería insuficiente.

-Fue patético, escuchar a los agentes intentando justificar lo injustificable. Estamos hablando de dos muestras tomadas con año y medio de diferencia [la del colchón de la víctima y la del joven buenense], pero es que además está el hecho de que los restos que tenían almacenados de José Eligio tampoco eran los suyos.

-Desde fuera da la impresión de que a veces la Justicia es fuerte con los débiles y débil con los más fuertes. En este caso concurrían toda una serie de circunstancias que hacían especialmente vulnerable a José Eligio: un joven sin apenas formación, procedente de una familia humilde y con escasos recursos. Incluso sus primeros abogados le aconsejaban autoinculparse.

-No estoy de acuerdo con esa apreciación sobre la Justicia, pero sí que es cierto que José Eligio tuvo la mala suerte de que le tocaron abogados de oficio que no creyeron en él ni se implicaron. Si esto desde el principio lo cogiese un letrado con ganas de morder es muy probable que José Eligio pudiese salir antes. También es cierto que para solicitar el contraanálisis hay que esperar a un momento procesal concreto, que es la apertura de juicio oral. Si a lo mejor se trata de una persona con más posibilidades podría encargar un análisis pericial privado y podría aportarlo antes.

-¿Cómo se hizo cargo de la defensa de José Eligio Otero y cómo se lo encontró cuando asumió su defensa?

-A mí su caso me llegó en turno de oficio porque una compañera había renunciado a representarlo porque decía que no defendía a violadores. Yo no estoy de acuerdo con eso porque los abogados de turno estamos para llevar todo; para defender un caso de alcoholemia valemos todos. Cuando yo lo conocí José Eligio estaba en estado de shock, completamente descolocado. Si me permite un simil: como un animal de un rebaño que cruza la carretera y no sabe donde está, se queda quieto y no sabe hacia dónde ir.

-Supongo que al coger el caso se daría cuenta de que había cosas que chirriaban, con una persona que aseguraba no haber estado en la vida en Navarra.

-Esto chirriaba por todos los lados, era algo completamente rocambolesco. Se extrajeron unas muestras orgánicas del colchón de la víctima cuando la agresión sexual ni siquiera fue con penetración, sino con la introducción de los dedos en la vagina de la víctima. La propia mujer dijo que el agresor iba completamente tapado, vestido como un ninja y con guantes. ¡Lo único que podían sacar del colchón era el semen de su marido! Se rastrearon las tarjetas de crédito de mi cliente, sus movimientos y su teléfono móvil para saber si había estado en Navarra. Y a pesar de que no había nada de eso le detuvieron.

-¿Cómo fue el proceso para desmontar ese error en la atribución de las pruebas de ADN?

-Mire, aquí intervino hasta la providencia divina para poder sacar de la cárcel a este chico. Tengo un gran amigo en la Policía Foral de Navarra que está en el departamento de Biología y le enseñé el análisis con el que habían encarcelado a José Eligio para que me asesorase para poder impugnarlo. Lo hice como él me recomendó y la Audiencia, con muy buen criterio, decidió solicitar el contraanálisis a la Policía Nacional. Cuando llegó desmontó el que había de la Guardia Civil, que dos días antes del juicio remitió un fax reconociendo que se había equivocado.

-¿Hay muchos casos como el de José Eligio?

-Errores hay y de hecho existe el baremo del que hablamos al principio con los criterios para establecer compensaciones. Pero el de José Eligio es claramente un caso excepcional y sangrante.

-Permítame acabar con un punto de buen humor. Creo que su cliente le tiene prometida una mariscada en Galicia, ¿aceptará la invitación?

-¡Naturalmente! [risas] Hace años iba mucho a Pontevedra, a la zona de Arcade, con la que ahora es mi mujer a disfrutar del marisco de Galicia. Así que iré encantado de la vida en cuanto José Eligio cobre la indemnización.

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