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Moaña espera por el proyecto de adecuación de Conservas Iglesias para permitir su actividad

El Concello asegura que la licencia para iniciar la producción está solo pendiente de correcciones "minúsculas" -La conservera cuenta con el visto bueno de la Xunta

Aspecto exterior de la nave de Conservas Iglesias. // G. Núñez

El departamento de Urbanismo del Concello de Moaña se encuentra a la espera de que Conservas Iglesias le presente el proyecto de adecuación a la legalidad urbanística de acuerdo con la ordenanza municipal. Es el único requisito que falta para que la administración local conceda la definitiva licencia de actividad y la conservera pueda finalmente abrir sus puertas en este municipio.

El concejal de Urbanismo, Odilo Barreiro, explicó ayer que intuía que este documento iba a llegar hace varias semanas, pues la parte de la antigua nave de Cruzmar bajo competencia municipal es pequeña, apenas un tercio de la superficie total, y las alteraciones detectadas por el Concello y que se pidieron resolver son "minúsculas". Entre ellas se encontraría una modificación en una escalera exterior, junto a otros pequeños cambios.

Barreiro recuerda que la mayor parte de la parcela y la nave se encuentra en terrenos afectados por Augas de Galicia y, por lo tanto, sobre los que la Xunta es responsable. Hace ya tiempo que Augas de Galicia y la Secretaría Xeral de Urbanismo dieron su visto bueno a esta obra, de ahí que solo reste este trámite ante el Concello.

El aspecto exterior de la fachada hacia la carretera denota que los trabajos están prácticamente finalizados, por lo que en cuanto obtengan el permiso de actividad desde Conservas Iglesias podrían empezar a producir en Moaña.

Este proyecto se remonta al año 2014, cuando los responsables de la centenaria conservera decidieron que era necesario un traslado a Moaña para poder multiplicar su capacidad de producción, pues la nave de Ojea que ocupaba en Cangas se les quedaba pequeña desde hacía tiempo.

Por esta puesta en marcha está esperando la plantilla de unos 90 trabajadores entre los propios y los que absorbió de Cruzmar. Empleadas de la empresa llegaron incluso a acudir a un pleno para pedir celeridad en la tramitación de los permisos.

Los responsables de la empresa hablaron desde un principio de un proyecto inversor de 2,9 millones de euros. De ellos, 1,8 se destinaría a nueva maquinaria y el 1,1 restante a las tareas de construcción y remodelación.

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