El primer temporal del recién estrenado invierno se dejó ayer sentir en toda la comarca de O Morrazo, con especial incidencia en Cangas y Bueu. La caída de un árbol de grandes dimensiones en el paseo de Rodeira, un apagón eléctrico en O Hío, la suspensión momentánea del transporte de ría entre Vigo y O Morrazo y zonas del centro de Bueu de nuevo anegadas por el agua constituyen algunas de las incidencias más destacables.

En Cangas, el transporte marítimo de ría que enlaza con Vigo estuvo cortado durante dos horas (entre la una y media y las tres y media de la tarde) y obligó a reforzar el servicio de autobuses, coincidiendo con la mayor virulencia del temporal, que minutos antes derribaba un árbol de grandes dimensiones que bordea el paseo marítimo de Rodeira. Afortunadamente, en ese momento no pasaba nadie por esa zona habitualmente muy transitada, lo que evitó desgracias personales. "Fue una suerte que no quedara nadie debajo", señalaba a primera hora de la tarde un joven transeúnte que no acababa de creer lo sucedido.

Aunque no hubo heridos, sí se registraron algunos daños materiales, aunque de escasa entidad. El olmo atravesó el paseo hasta caer sobre el cierre perimetral de una de las casas que se encuentran a pie de playa y cortó el tránsito peatonal, que solo se recuperó tras la intervención de efectivos de la Policía Local, Protección Civil y operarios de la brigada de Obras e Servizos, que cortaron algunas ramas y abrieron un corredor. La concejala Mercedes Giráldez confía en que hoy puedan completarse los trabajos de retirada del árbol, que rompió por la raíz, y el Concello teme que otros colindantes estén también afectados, por lo que realizarán una minuciosa revisión de todos los ejemplares del paseo.

Las intervenciones de los equipos de emergencias comenzaron de madrugada con la recolocación de un cable del tendido eléctrico que se había desprendido a la altura de la gasolinera de la Avenida de Bueu. Por la mañana, Protección Civil también se desplazó a Augalevada, en Coiro, para retirar varias ramas desprendidas sobre un vial, así como al centro urbano para apartar varias ramas de palmeras que cayeron sobre la calzada. Se trata de ejemplares afectados por el picudo rojo en el Paseo de Castelao, en los jardines de O Señal y en la Alameda Vella.

A primera hora de la mañana se registró un apagón que afectó a amplias zonas de O Hío, dejando sin suministro eléctrico a casi 1.700 vecinos, según explicaba Gas Natural-Unión Fenosa. Los lugares afectados fueron el centro de la parroquia, Cruz de Castro, Cabo Home, Pinténs, Areabrava o Punta Couso En realidad fueron dos averías sobre la denominada "línea 4". La primera fue provocada por las ramas de los eucaliptos y quedó solventada en menos de media hora. Justo a continuación se localizó una nueva incidencia debido a unos fusibles fundidos. Esta segunda avería precisó casi de hora y media para ser reparada, por lo que cerca de 730 vecinos, sobre todo de las zonas de Ameixide y Pinténs, tuvieron que esperar hasta el mediodía para recobrar el servicio. Al mismo tiempo, los servicios municipales vigilaban que no se produjeran vertidos de fecales en el bombeo de Nerga, cuyos motores tienen autonomía durante seis horas.

Pasado el mediodía empezaron a soplar las rachas de viento más intensas y las olas golpeaban con violencia los barcos del servicio marítimo de ría. El que salió a la una y media de la tarde de Vigo permaneció atracado en los muelles de Cangas hasta las tres, al igual que los que debían navegar en sentido inverso. A las tres de la tarde se empezó a recuperar la normalidad. En ese tiempo, las escasas embarcaciones que faenaban cerca del litoral se vieron obligadas a regresar a puerto.

El paso del frente de viento y lluvia provocó anegamientos puntuales en varias calles del centro urbano de Cangas, como el tramo inferior de la Avenida de Marín y en el aparcamiento habilitado en la unidad de actuación 5, en Altamira, donde se produjeron charcos y riadas en las zonas menos compactadas.

Estos fueron precisamente los peores momentos en Bueu, de nuevo en alerta por tercera vez en apenas un mes. Un tramo de la calle Johán Carballeira, entre los dos pasos de peatones elevados, volvió a quedar anegado, lo que a su vez provocó que el agua entrase otra vez en el garaje de un edificio. "Éste es un problema que no teníamos antes del año 2011. Desde entonces ya van cinco o seis inundaciones", se quejaban por la tarde los vecinos del inmueble en una reunión que ya estaba convocada previamente con el alcalde. Los problemas se repitieron otra vez en la Praza Massó, convertida en el entorno de los restaurantes en una gran piscina. Según los datos que aportó Aqualia por la tarde, en esos diez minutos del mediodía cayeron 12 litros de agua por metro cuadrado. Los problemas también se dejaron sentir en locales de Montero Ríos, justo frente a la plaza de abastos, y en otros lugares del municipio, como en los cruces hacia Cabalo o Cela. Por la tarde continuó el mal tiempo, aunque con menor intensidad, y los equipos de emergencias se limitaron a mantener la vigilancia y no tuvieron que movilizarse para atender problemas importantes en el municipio.