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En Marea consolida el proyecto de unidad de la izquierda en Cangas

Los electores le otorgan mayoritariamente su confianza casi una década después de que ACE declarara enemigo común al PP

Una mesa repleta de mujeres atendió la cita electoral en la Casa da Cultura de Berducedo e Piñeiro. // S.Á.

"Cómo hemos cambiado?", suspiraba tras la resaca del 20-D un veterano militante nacionalista de Cangas al repasar la caída en picado de su antigua formación, el BNG, desde que Clara Millán se convirtiera en la primera alcaldesa del municipio, el 15 de junio de 2007, con un decidido respaldo de las fuerzas de izquierda frente al PP. Tan decidido que hasta el otrora díscolo Mariano Abalo se permitía el gesto de mostrar al público su papeleta para disipar dudas de que aquella "fuerza emergente" todavía en ciernes, Alternativa Canguesa de Esquerdas (ACE), llegaba con intención de consolidar una larga luna de miel y de crecer más allá de las siglas contra el enemigo común.

El pleno de investidura fue multitudinario, la gran mayoría del público celebró con vítores y aplausos la elección de la alcaldesa al frente del nuevo gobierno, mientras sonaban gaitas de los músicos de O Hío que algunos asistentes siguieron en pie y puño en alto, pero la luna de miel apenas duró unos meses y, con el trasfondo de los convenios urbanísticos de Massó y Aldán, las diferencias personales e ideológicas no tardaron en confirmarse. Primero con rifirrafes dialécticos y luego con la retirada del sueldo a la alcaldesa, la ruptura del pacto y la salida de ACE. El PP aprovechó la debilidad para recuperar la Alcaldía en 2011, escenificando la unidad del centro-derecha, mientras las izquierdas veían desvanecerse la posibilidad de recuperar para O Morrazo el marchamo de "península roja".

Fue el principio del cambio y también "del cambio del cambio". En las elecciones generales de 2011, el PP daba un nuevo estirón en Cangas y lograba superar en apoyos la suma de sus dos rivales en Galicia, BNG y PSOE, cuyo voto se había fragmentado "entre partidos minoritarios" y sufrían "un paso atrás". Con ACE todavía en ciernes, una de aquellas opciones "minoritarias" era Esquerda Unida-Izquierda Unida, que triplicaba sus apoyos hasta superar los mil votos en el municipio, cifra simbólica que para su líder (el ahora alcalde, Xosé Manuel Pazos) premiaba "o traballo que fai ACE no Concello". La marea empezaba a subir.

Las municipales confirmaron la tendencia y el vaivén se dejó sentir aún más en la siguiente cita electoral, las autonómicas de 2012, donde los cangueses despojaron al PP de casi un millar de votos, aunque el correctivo fue aún mayor para sus principales rivales: el PSOE, que perdía 1.500 sufragios, y el BNG, que se dejaba por el camino unos 1.700. Alternativa Galega de Esquerdas (AGE) irrumpía con fuerza y se convertía en la segunda formación más votada, superando con holgura a los socialistas y al Bloque, a los que duplicaría en escaños si las elecciones fuesen municipales.

Estas llegaron el pasado 25 de mayo y confirmaron a ACE como la opción elegida por los votantes de izquierda y la sensación de que podría ser la primera si no se produjera una escisión de última hora que concurrió a las urnas como Asemblea pola Unidade (AspUn), socia en el actual tripartito. El PP ganó en 30 de las 32 mesas electorales (solo cedió en dos de O Hío), pero fue insuficiente para mantener el poder, que lideraba ACE por primera vez, relegando al BNG como tercera fuerza y a los socialistas a repartirse con Cangas Decide los dos ediles que completan la Corporación. El polémico exconcejal del PP y de UPAC Nardo Faro Lagoa, que convirtió en eslogan el dicho de que "las mareas suben y bajan" y auguró un tiempo nuevo, solo se equivocó en el signo.

El mitin de En Marea en Cangas, en las vísperas electorales del pasado domingo, se pareció bastante en la escenografía a la de aquel pleno de investidura de Clara Millán, ocho años y medio atrás, y proclamaba oficiosamente a ACE (ahora con otros socios y con el empuje electoral de Podemos) como heredero del veterano proyecto de despojar del poder a la derecha. Las urnas lo confirmaron el 20-D cerrando un ciclo que en Cangas fue más gradual de lo que aparenta, pero que sus artífices aún quieren redondear sumando a otras formaciones. Incluido el BNG, otrora puntero y de la que ahora cuelga la etiqueta de "minoritaria".

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