"Las veías siempre con una sonrisa, tenían esa cualidad de que te hacían sentir bien cuando estabas con ellas". Así recuerdan algunos de los vecinos y comerciantes del entorno de Porta do Sol, en Meira, a Amparo Costa y a Aida Fernández. El trágico accidente que acabó sus vidas ha conmocionado a la parroquia. "Amparo era una persona siempre dispuesta a ayudar y colaboraba con todos. Aquí somos pocos vecinos, pero somos como una familia", afirman en el entorno de la vivienda familiar, a la que Amparo Costa se había trasladado tras jubilarse para cuidar de su madre, de avanzada edad. El martes volvía a casa después de tomar un café con Aida Fernández en el cercano bar Ágora, donde aún no dan crédito a lo sucedido. "Estaban aquí, se despidieron y a los cinco minutos ya no están", cuentan con dolor. "Amparo era una persona dulce, encantadora y siempre dispuesta a ayudar. De Aida no sabíamos que fuese una persona tan importante, pero cuando hablabas con ella te dabas cuenta que sabía muchísimo", insisten. "Todo lo bueno que se que se te pueda ocurrir sobre una persona se podía decir sobre Amparo y Aida", conluyen desde el entorno de Meira.

En la parroquia también se acuerdan del joven y de su familia, que viven en A Guía, muy cerca del lugar del siniestro. "El chico tiene que estar destrozado y llevará esto encima para toda la vida. Y más viviendo tan cerca de la familia de una de las fallecidas", apuntan vecinos de la parroquia moañesa.