La visita de los representantes municipales y provinciales a las obras sirvió para corroborar que los costes económicos se han "disparado" con respecto a lo presupuestado, y lo atribuyen a la dotación o reposición de servicios, la cuantía y características de los muros de cierre perimetrales y portales, o los accesos a las fincas. Las diferencias de precio con respecto a las previsiones no se han concretado, aunque Pazos recalca que no es ese el motivo que los anima a emplear hormigón tintado en las aceras, sino sus características: Más seguridad por su rugosidad, menos propenso a coger musgo y maleza al carecer de juntas como las baldosas y, sobre todo, un mantenimiento más fácil porque no se despega, como sucede con las losetas. Ponen como ejemplo los problemas en calles y avenidas como las de Vigo y Lugo o los que se produjeron en varios puntos del tramo entre Moaña y Cangas hasta que la Xunta obligó a repararlos a los vecinos que accedían a sus garajes a través de las aceras.

Desde el Concello recalcan que, a pesar de que la urbanización del vial Avenida de Lugo-A Boubeta fue proyectada e iniciada bajo el mando del PP, sus sucesores han tenido que "bregar e solucionar moitos problemas pendentes".