El problema urbanístico de la calle Noria se ha convertido en un problema social. Las notificaciones que remitió el Concello de Cangas a los propietarios de los pisos de Noria 2, en las que se anunciaba la apertura de expediente de contratación para el derribo de parte del inmueble impidieron conciliar el sueño a muchos y a otros sumieron en ataques de ansiedad y depresiones. Así lo manifestaron ayer en la reunión que los afectados tuvieron con el alcalde y el concejal de Urbanismo del Concello de Cangas, Xosé Manuel Pazos, y Mariano Abalo, respectivamente, en el salón de plenos.
.¿Soluciones? Pocas. Los vecinos insisten en que la aprobación del Plan Xeral es la solución más eficaz para legalizar un edificio que carece de licencia porque supera el volumen de edificación. El gobierno local se compromete a explorar esa vía, pero también advierte que no es una garantía absoluta. El edil de Urbanismo se encargó de recordar a las más de 60 familias afectadas que el PP tuvo doce años para aprobar un Plan Xeral y no fue capaz, sin embargo ahora exige que se haga en unos meses.
Un dato escalofriante y que pone al Concello de Cangas entre las espada y la pared es que los proyectos de derribo de los edificios Noria 4 y Noria 2 alcanza el presupuesto de 1.299.000 euros. Para la demolición de Noria 2 está presupuestada la cantidad de 524.0f48,18 euros y para Noria 4; 775.623,88 euros, cantidades a las que el Concello de Cangas, en la situación actual, no puede hacer frente, como lo puso de manifiesto la auditoría realizada por la propia Intervención Municipal, como recordaba ayer Mariano Abalo. Además, también se aclaró en la reunión, como mencionó el letrado del Concello, que en este caso es la administración local y no los vecinos quien debe hacer frente a los costes del derribo.
Los afectados quieren que los partidos políticos abandonen sus estériles luchas políticas en torno a este conflicto urbanístico y que las gestiones se dirijan únicamente a buscar soluciones. Asegura que la situación ahora es demasiado grave, que hay gente que puede perder su vivienda y que no se gana nada echándose las culpas unos a otros. Los propietarios afectados también confían en el nuevo Plan Xeral. Aseguran que se dan todas las circunstancias para que el nuevo documento legalice a los dos edificios. "Tal y como está la ley, ahora mismo se podrían tirar los edificios y levantar prácticamente otros dos muy similares", asegura un representante de los vecinos afectados que tienen en manos de una letrada de Vigo la defensa de su propiedad. Pero consideran que es hora también de pedir responsabilidades a todo el mundo que ganó dinero con estos dos inmuebles. Al promotor que los construyó, al notario que formalizó las escrituras, a los registradores que no pusieron objeciones a los compradores a la hora de registrar los pisos, cuando no podían porque Noria 4 carece de licencia, al Concello que cobró a los vecinos desde un primer momento todos los impuestos, incluido también el Impuesto de Bienes Inmuebles de Naturaleza Urbana. (IBI). Recuerda este portavoz que hay pisos que se compraron hace cinco años y no hubo ni una pega en el notario ni en el Registro de la Propiedad, algo que no se entiende. Tampoco nadie aclara como se pudo construir un inmueble de cuatro alturas, más bajo y entreplanta sin licencia municipal.
Mariano Abalo y el alcalde de Cangas dejaron constancia de que su intención no es derribar, pero que tienen que seguir los pasos que marca la Ley, de ahí que ahora mismo se esté en el proceso de apertura de expediente de contratación para el derribo del edificio Noria 4, contra el que se pueden presentar alegaciones, de hecho algunos de los presentes ya manifestaron su propósito de recurrir este acuerdo de la junta de gobierno. Abalo insistía ayer en que los abogados del Concello están trabajando para ofrecer la próxima semana alternativas legales a la situación. Los propietarios son conscientes de que se puede dilatar en el tiempo el proceso de demolición, pero de forma indefinida, por lo que apremian para que el Concello de Cangas saque adelante el Plan Xeral, pero no solo por legalizar los polémicos edificios, sino porque Cangas debe poner orden al caos urbanístico que hay como consecuencia de la falta de un plan urbanístico que actualice la villa.
