"No iba con la idea de ganar, pero una vez que estás ahí siempre tienes esperanzas, y acabas un tanto decepcionada". En estas palabras se resumen las primeras impresiones de Olaya Gil, la canguesa que participó a lo largo de los últimos meses en el certamen de Mrs Canarias, destinado a mujeres mayores de 30 años, y en el que finalmente se le escapó la victoria. "No gané, y no pasa nada. Estoy contenta de haber vivido la experiencia y porque he conocido a gente maravillosa", añade.

Gil, de 34 años y natural de la parroquia de Aldán, aunque residente en las Canarias desde hace seis, estuvo entre las 14 competidoras (nueve en la categoría de mayores de 30 y cinco en la de mayores de 40) que desfilaron en la gala final del certamen, celebrada en la noche del lunes en el Teatro de Candelaria. El acto arrancó con la apertura del espectáculo a cargo de las misses, que desfilaron a modo de presentación y realizaron una pequeña coreografía. A partir de ahí, y mientras el público disfrutaba de actuaciones musicales y de baile, las misses preparaban sus siguientes salidas al escenario.

El primer pase se hizo con los modelos de Diseños Delisan, a cargo de una diseñadora local. El siguiente pase fue con traje de baño, con las candidatas saliendo al escenario por parejas y con la gallega luciendo un bañador negro. Y finalmente se hizo el pase más esperado, el de traje de gala, con un vestido rojo que la canguesa alquiló para la ocasión.

Luego llegó el momento decisivo, en el que se eligió a las cinco finalistas, quedándose la representante morracense fuera de esta lista. "Nunca me había planteado estar aquí. Me presenté porque era una manera de demostrarme a mí misma que podía hacerlo, para subir la autoestima. Luego llega la hora de la verdad y siempre tienes una mínima esperanza, así que duele un poquito. Pero ya es algo que he asumido", afirma Olaya Gil. Con lo que se queda, además de con la experiencia de haber participado en un certamen en el que pudo aprender aspectos de protocolo, a desfilar, etcétera, y en el que conoció a muchas personas, es con el respaldo de la gente. "He sentido mucho apoyo, sobre todo de la gente de Galicia, y es algo que agradezco de corazón. Me sentí muy arropada a pesar de estar lejos de mi familia, de los míos. Eso ha sido lo más gratificante de todo", subraya. De hecho, ayer su teléfono funcionaba a pleno rendimiento, con llamadas y múltiples mensajes, "muchos de ellos de ánimo, otros de personas que preguntaban cómo había salido todo". Ese cariño es, sin duda, la mejor recompensa de una canguesa que tras el concurso regresará a casa.