"La falta de espacio para dejar el coche ya no es excusa para vecinos y visitantes", reconocía ayer una veterana comerciante del entorno de los terrenos de Altamira que una empresa contratada por el Concello está acondicionando como aparcamiento tras llegar a un acuerdo con los propietarios y que ya se han convertido en punto de atención para la Policía Local, que ayer, día de mercadillo, patrullaba la zona para garantizar que los viales de entrada y salida estuvieran despejados y evitar retenciones.

Las excavadoras de la empresa Contucho continúan explanando más parcelas de ese ámbito y se calcula que la capacidad total rondará los 1.500 vehículos, considerada suficiente para atender la demanda incluso en las épocas más concurridas como la Navidad, cuando está previsto que finalicen las obras. Ayer, dos operarios con maquinaria pesada trabajaban en el drenaje de la superficie explanada y la apertura de una conexión con la Avenida de Galicia, lo que permitirá aumentar la fluidez del tráfico. El acceso a la calle Antonio Nores será mejorado para reducir la pendiente de la rampa que dificulta el paso de turismos, al igual que el tramo con San Xosé.

Aunque el sentimiento mayoritario es de satisfacción por el considerable aumento de plazas de aparcamiento en pleno centro urbano, también se intercalan algunas quejas. Entre ellas, la suciedad que ha quedado al descubierto con los desbroces y el ruido que generan los trabajos, que "son pasaxeiros", como recuerdan los responsables municipales. También por la presencia nocturna de coches que "fan trompos e outras vaqueradas" en una explanada sobre la que la Policía intensificará la vigilancia.