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El comedor social de Moaña necesita ayuda económica urgente para evitar el cierre

Los promotores se quejan de la falta de aportaciones institucionales y de los requisitos que se les exigen - Todavía no han podido pagar los gastos de mantenimiento del local

Las instalaciones del comedor social, en una de las plantas del restaurante Casa Mariano. // S.Á.

El comedor social Hermano Donaire de Moaña atraviesa una situación crítica cuando aún no se han cumplido dos meses de su apertura y puesta en funcionamiento. La falta de ayudas económicas es la razón que está llevando a la asfixia a los promotores de esta iniciativa solidaria, que aseguran que necesitan una ayuda de emergencia social para poder hacer frente a los gastos de funcionamiento y evitar un cierre que no desean.

El responsable de esta iniciativa es Manuel Álvarez, que asegura que hasta la fecha ha contado con la ayuda de empresas como Fandicosta o Pescanova, que han aportado comida, o el Banco de Alimentos. El problema es que no llegan las ayudas comprometidas y apunta hacia el Concello, Diputación de Pontevedra y Xunta de Galicia. "Esta semana estuvo aquí la presidenta de la Diputación, que nos alabó por el lado humano de este trabajo. Al día siguiente los técnicos de la Diputación se pusieron en contacto con nuestra asesoría para pedirnos una serie de requisitos burocráticos que por ahora no podemos cumplir porque no tenemos fondos", asegura Manuel Álvarez. El responsable del comedor asegura que también ha enviado una carta certificada al ayuntamiento, a la cual aún espera respuesta. "Ahora mismo necesitamos una ayuda de emergencia social para poder seguir funcionando. Cada vez viene más gente, pero tenemos menos recursos", se lamenta. Él ha echado mano de su patrimonio personal varias veces, pero asegura que no puede hacerlo de manera constante. En las primeras reuniones con la Diputación asegura que "nos habían prometido 20.000 euros, luego 6.000 y por ahora no hemos visto nada".

El comedor social ocupa una de las plantas del restaurante Casa Mariano, en el barrio de O Real. "Aquí vienen cada día unas 40 personas a comer y abrimos los fines de semana", cuenta Álvarez. En la actualidad tiene una deuda de 1.200 euros por compra de material para el comedor, que se corresponden con tres facturas devueltas por el banco. "Además le debemos al dueño del local el agua, la electricidad y el gas. No podemos seguir así mucho más tiempo", reconoce. La situación es tan "desesperada" que incluso se hace un llamamiento a los vecinos que deseen aportar alguna cantidad de dinero, por pequeña que sea. "Cualquier donación será bien recibida y se pueden hacer en la cuenta que el comedor social tiene en Caixabank", apunta Manuel Álvarez.

El comedor social Hermano Donaire es una iniciativa solidaria y sin ánimo de lucro, que "se puso en marcha gracias a mucho trabajo, ilusión y pese a quien le pese", dicen sus promotores. Manuel Álvarez se refiere a la presencia de una "mano negra que nos quiere destruir", según denuncia. "Antes venían unas ocho familias a comer y ahora solo viene una por una serie de advertencias que les hicieron. Es algo que vamos a denunciar en cuanto podamos", sentencia.

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