Cangas dispondrá a corto plazo de 20.000 metros cuadrados de terreno en el centro urbano para habilitar más de 700 plazas de aparcamiento tras firmar, ayer, un convenio con los propietarios de las fincas de la unidad de actuación 5 -conocida como la urbanización de Altamira- ubicadas entre las calles Baiona, San Xosé y Reboredo. La cesión se hace por tiempo indefinido, en principio mientras no se ejecute la urbanización prevista, anulada por sentencia judicial. El acondicionamiento del terreno comenzará el martes y al mismo tiempo se concretará un plan de tráfico en los calles del entorno con el objetivo de ponerlo en práctica a corto plazo, según explicaron ayer el alcalde, Xosé Manuel Pazos, y los concejales de Urbanismo y Obras e Servizos, Mariano Abalo y Mercedes Giráldez.

La superficie cedida por la sociedad Ponte do Río Bouzós corresponde a 60 fincas que representan el 74% de la unidad de actuación número 5. Parte de ella ya se utiliza en la actualidad con los mismos fines, aunque el gobierno tripartito quiere ampliarla y acondicionar terrenos que ahora no están disponibles y paliar el problema de estacionamiento. Se actuará sobre todo el área comprendida entre el supermercado Eroski, en la calle Baiona, hasta San Xosé, la parte posterior del cementerio y Reboredo. "É unha zona céntrica clave para darlle este uso e resolver os as necesidades actuais", celebra el regidor, que encontró receptividad en los propietarios.

Mariano Abalo asegura que el desarrollo urbanístico de esa zona está en la agenda del gobierno cangués y confía en desatascarla a medio plazo, aunque el proyecto que se ejecute deberá tener en cuenta las necesidades de aparcamiento. Mercedes Giráldez calcula en "unhas 700 prazas" las que se habilitarán, pero tras el desbroce y acondicionamiento de los terrenos "seguramente serán máis". La edil ya visitó la zona con técnicos municipales y adelanta que el martes a primera hora conmenzarán a trabajar en ese cometido.

Lo primero será desbrozar la maleza y allanar el terreno utilizando material de compactación, y luego se establecerán los espacios de aparcamiento y de tránsito. Un plan en el que ya trabaja la Policía Local para mejorar la señalización y la fluidez tanto en ese ámbito como en las calles del entorno, y particularmente desde Baiona y San Xosé, donde se disponen la entrada y salida.

"Cumprimos así coas necesidades de aparcamento no casco urbano e daralle moita vida ao entorno", destaca Mercedes Giráldez, que también alude a que siguen abiertas las fincas de la Avenida de Vigo, frente al supermercado Familia, y Alexandre Cribeiro, cerca de Pedra Alta, con esta misma finalidad. Son parcelas "estratexicamente situadas y que contribuyen a dinamizar la zona, abunda.

Pazos y Abalo también inciden en que la dotación de aparcamientos forma parte de una estrategia global de retirar vehículos del centro urbano y potenciar su peatonalización. Al mismo tiempo, el Concello será menos condescendiente con los conductores que infrinjan la ordenanza y aparquen en zonas no habilitadas para ello, advierten los responsables municipales.