El emblemático olivo de Paseo de Alfonso XII tiene un compañero coetáneo en la ciudad. El robusto y vistoso ejemplar plantado hace varios meses por el Concello en la rotonda de la confluencia de las calles Rosalía de Castro y Oporto tiene -revela la Concellería de Parques y Jardines- más de dos siglos de vida. La edad es más o menos la misma que la del árbol de Paseo de Alfonso XII, que según los últimos análisis soporta 200 años de historia sobre sus ramas. En 2010, coincidiendo con las celebraciones del bicentenario de la ciudad, el Concello encargó un complejo análisis del oleáceo que confirmó que pasaba de los 190 años.

Para concretar con precisión la antigüedad del nuevo olivo el Concello encargará otra tomografía, una compleja técnica que aportará algo similar a una radiografía de su tronco. Lo que sí se conocen ya son la variedad y orígenes del árbol: el ejemplar es un Lechín de Sevilla -también conocido como Ecinajo, en Córdoba; o Zorzaleño, en diferentes pueblos de la provincia sevillana- procedente de la alta montaña de la Sierra de Cádiz.

Además de su vigor y tronco robusto, la variedad destaca por su resistencia a las heladas y sequías. Se adapta bien además a los suelos calizos y de alta salinidad. El ejemplar de Rosalía de Castro no es el único olivo que se ha plantado en la ciudad a lo largo de los últimos meses o incluso años, coincidiendo con la "oleada" de humanizaciones; pero sí es el más antiguo. Su ubicación -en pleno "corazón" del casco urbano y en un punto que atraviesan a diario miles de peatones y conductores- lo convierte también en el más visible.

Su coetáneo de Paseo de Alfonso XII es el símbolo de la ciudad y está incluido en el "Catálogo de Árbores e Formacións Senlleiras de Galicia", que elabora la Xunta y en el que se mencionan, entre otros, las casurianas de Praza de Compostela y el Matusalén de camelias, los Tuliperos de Virginia o los enormes eucaliptos del Pazo Quiñones de León.

En el catálogo se confirma que el olivo de Paseo de Alfonso XII goza de buena salud. "Aunque se detectó la presencia en las ramitas de insectos chupadores, estos no afectan de forma importante a su vitalidad", anotan los expertos. El árbol mide 15,7 metros de alto -hasta los 3,2 m el tronco se yergue sin ramificaciones- y el perímetro de su tronco es de 3,1 metros, alcanzando 12,55 la parte de la copa. La variedad es la Olea europea L.

A lo largo de los últimos años el Concello ha fortalecido el vínculo entre Vigo y los olivos aumentando el número de ejemplares en zonas ajardinadas, aceras, parques e incluso rotondas. En la actualidad hay plantados en Vigo 203 Olea europea como árboles de alineación. Ese dato lo convierte en una de las especies de más numerosas, solo por detrás del Ligustrum lucidum (aligustre), del que hay repartidos 1.950 ejemplares; la Camellia japónica, de la que constan 1.483 árboles; el plátano de sombra (970); el arce negundo (862); el tilo común (616); el castaño de indias (470); el peral de Callery (257) y el carpe (244).

En su página web el Concello explica que Vigo toma el sobrenombre de "ciudad olívica" -con el que suele designarse- de un gran olivo que existía en el atrio de la iglesia de la Colegiata de Santa María y que había sido plantado por los Caballeros monjes Templarios cuando regían la feligresía. Al derribarse el olivo Manuel Ángel Pereyra recogió una de sus ramas y la plantó en el huerto de su casa, delante de Porta do Sol, donde arraigó. De allí se transplantó tiempo después a Paseo de Alfonso XII. El vínculo de la ciudad es tan fuerte que el olivo forma parte incluso del emblema heráldico de Vigo.