La flota del cerco de Bueu vuelve a ver amenazada su viabilidad. Los cinco barcos que se dedican a este arte permanecen amarrados desde ayer a puerto, secundando el paro acordado el sábado en una larga y tensa asamblea de la Asociación do Cerco de Galicia (Acerga) en Portosín. Los armadores del "Manolito Tres", "Marín de Bueu", "Cristo da Laxe", "Dos Meros" y "Segundo Dosmil" acudieron juntos a la Capitanía Marítima del puerto buenense para entregar los roles mientras dure esta huelga. "Queremos que se amplíe el cupo, con unas cuotas dignas que nos permitan vivir todo el año", concuerdan los cerqueiros de la localidad, que ayer tenían previsto acudir a la concentración en Portosín.

Este año está resultando especialmente complicado para ellos. Primero por las cuotas de la caballa o xarda y ahora por las del jurel. La Secretaría General de Pesca, del Ministerio de Medio Ambiente, comunicó a mediados de la semana pasada que la reserva de jurel asignada a la zona IX A (desde Fisterra hasta el sur de la fachada atlántica) se había agotado y que se había agotado un 10% del próximo año 2016. Esto significa que la flota está condenada al amarre durante un periodo de dos meses y medio porque no hay posibilidad de que la flota vaya a otra especie. La cuota de caballa está agotada y aunque la de la sardina está abierta en estos momentos no hay población en esta zona.

Los armadores buenenses, al igual que sus compañeros del resto de Galicia, exigen que se amplíen los topes del jurel para este año y defienden que es algo perfectamente viable desde el punto de vista biológico. "Solo hay que salir a la punta del muelle para encontrarse el mar lleno de xurelo", afirman. Si no hay un aumento en esos topes la flota se enfrenta a dos meses y medio en el dique seco. "No estamos hablando de dos semanas. Dos meses y medio es mucho tiempo para estar parados. La otra opción era salir al mar a robar para poder vivir", se quejan. Esto afectará también a sus tripulaciones. En algunos casos los contratos son por campaña, con lo que los marineros se irían al paro. En el caso de los "fijos" la única opción viable sería un expediente de regulación de empleo (ERE) temporal.

El problema de fondo es el sistema de reparto de las cuotas, que ahora otorga un tope a cada barco y no siempre con criterios transparentes. "No puede ser que en el mismo puerto haya quien tenga asignados 60.000 kilos y otro solo 10.000", critican. Por eso el sector defiende un sistema de reparto con criterios lineales y objetivos, tal como ocurre con otras pesquerías. Esto es, que se establezcan límites diarios de capturas en función del número de tripulantes enrolados a bordo y del número de GT's de la embarcación. "No puede ser lo mismo un barco con tres o cuatro tripulantes que otro con doce", argumentan.

La flota hace responsable de esta situación a la Administración por el sistema de reparto de cuotas entre los países de la Unión Europea, en el que España y la flota gallega han salido perjudicadas. "Esto se parece mucho al festival de Eurovisión. Nosotros votamos a favor de los demás y luego da igual lo bien que cantemos nosotros, que el resto de países europeos de votan entre ellos dejando a España y Portugal sin nada", ejemplifican no sin un punto de ironía.