En el año 2013, el capitán de barco Juan Padín presentaba los primeros documentos para convertir 26.000 metros de terreno fruto de una minuciosa agrupación de fincas a los pies del Monte do Facho, en Donón, en un complejo de turismo rural rehabilitando viejas construcciones de los años 40 y donde no faltarían los caballos, una de sus aficiones. Reconocía no tener prisa y que harían falta "un par de años" para iniciar esa transformación. Aquel plazo se cumple ahora y la empresa constructora FPP (Francisco Pousada Piñeiro), con sede en Darbo, ya ha puesto el cartel de obra junto al que identifica al promotor (Cachopido S.L.) y los técnicos que elaboraron el proyecto, cuyas obras ya están en marcha.
Los primeros trabajos se centran en los módulos de cuadras, el lagar y el alboio, que se destinarán todos ellos a repartirse las 12 habitaciones previstas en el complejo. Las construcciones, muy deterioradas, serán derribadas y se volverán a levantar con técnicas constructivas más actuales y acordes con las necesidades de uso, como su aislamiento y climatización. El único módulo que no existe y se construirá desde cero es el spa, que servirá para completar la oferta de servicios a los clientes.Los trabajos en marcha tendrán una duración no inferior a un año y medio, según las estimaciones, y la puesta en servicio del complejo de turismo rural no se prevé para antes de 2018, un lustro después de que las máquinas empezaran a retirar las piedras que dividían las pequeñas parcelas que Padín fue comprando con el paso de los años, a base de negociar con cada pequeño propietario, y cerrara el perímetro en una sola finca.
La inversión necesaria para convertir ese proyecto en realidad ronda un millón de euros, aunque la cuantía aumentará en función de los equipamientos interiores y de los servicios que ofrezca. Su propietario es un amante de la naturaleza y de los caballos, y cuando concibió la idea pensó en dar prioridad a las caballerizas, situándolas en un lugar estratégico de la finca, donde se divisa la ría de Vigo y también las Islas Cíes. A su espalda, el Monte do Facho, llamado a ser un destino turístico clave de Cangas.
Precisamente esa situación estratégica y la necesidad de ofrecer alternativas para desestacionalizar el turismo, que se concentra muy mayoritariamente en los meses de verano, le ha granjeado el apoyo municipal, así como de la Xunta, que debe autorizar este tipo de proyectos. El pasado mes de mayo se presentó el proyecto de ejecución y, si se cumplen los plazos, en dos o tres años abriría sus puertas.
