La Consellería de Cultura asegura que deben ser los propietarios, en este caso la Iglesia, quien se haga cargo de la reparación de la iglesia parroquial de San Martiño, en Moaña, en donde el sábado pasado cayó un escudo de piedra del cumio del campanario cuya causa investiga la Policía Local. Eso, sí, apunta a que debido a que el elemento es un Bien de Interés Cultural (BIC) las actuaciones se deben de realizar sometidas a la previa autorización de la administración competente en materia de conservación y restauración de bienes culturales.

Las investigaciones sobre la caída de este elemento, que se desplomó sobre el tejado y causó daños en la cubierta, se debiera a un hecho casual, apuntando más al supuesto de que una persona pudiera haber subido al campanario sujetándose en el cable pararrayos y al tensar tirara la piedra. La Policía descartaba de plano que los hechos tuvieran que ver con una tentativa de robo o con vandalismo. Los vecinos sospechan que la persona que subió pudo ir en busca de un balón ya que es frecuente ver jugar al fútbol junto a la iglesia.

Desde la Consellería de Cultura señalan que "a responsabilidade primeira na conservación e mantemento dos inmobles, de todos, incluidos aqueles que estean protexidos polo seu valor cultural, é sempre dos propietarios dos mesmos". Añade que si el estado de deterioro supone un riesgo para las personas o bienes de terceros, os concellos poden requerir dos propietarios que actúen e no seu caso actuar de forma subsidiaria garantindo a seguridade das persoas e dos usuarios dos espazos e vías públicas". Añade que en el caso de los bienes protegidos por su valor cultural "isto non é distinto e ven forzado polo que di o artigo 25 da Lei 8/95 do patrimonio cultural de Galicia que establece que son os propietarios, posuidores, e demais titulares de dereitos reais sobre os bens integrantes do patrimonio cultural os que están obrigados a conservalos, coidalos e protexelos debidamente para aseguraren a súa integridade e evitaren a súa perda, destrucción ou deterioro". Tras los hechos del sábado, lo que hizo el concejal de Cultura y Patrimonio, Salvador Meira, fue anunciar que habría que determinar si el arreglo del templo correspondía a Patrimonio o a la Iglesia y, además de vallar la zona de riesgo, remitió el informe de la Policía Local a la Consellería de Cultura para que marque los pasos a dar por el Concello. El concejal manifestaba que hoy esperaba recibir una respuesta.

Desde el Arzobispado de Santiago reconocen que el párroco informó de los sucedido a la Policía y que si las investigaciones no concluyen que haya responsabilidad por parte de una persona, la Iglesia también tiene un seguro para hacerse cargo.