La campaña de invierno del marisqueo a flote de la ría de Vigo comenzó ayer con una semana de retraso por culpa de la toxina y con mucho trabajo por parte de los mariscadores para conseguir los cupos máximos asignados a cada especie. Las sensaciones iniciales del primer día se resumen entre la esperanza de que se percibe que en los bancos marisqueron hay recurso en cantidad, aunque una gran parte aún está lejos de alcanzar todavía la talla comercial, y la constatación de que los precios registrados ayer son "más cortos" que los del año pasado, tal como explicaba el patrón mayor de Redondela, Clemente Bastos. La subasta se celebró en la lonja de Vigo, donde la almeja fina se movió entre los 24,35 y los 20,90 euros; la babosa más "escogida" superó los 16 euros, aunque su precio medio estuvo entre los 12 y los 13 euros; la rubia se cotizó entre 7,90 y 8,60 euros y la japónica entre 7,20 y 8,25.

La presencia de toxina en la boca de la ría limita por ahora los movimientos de una flota compuesta por cerca de 200 barcos. En el primer día de trabajo de la nueva temporada los mariscadores se repartieron entre los bancos más interiores, como en la ensenada de San Simón, y los ubicados en Tirán, Rodeira y Canido. Las impresiones del primer día apuntan que donde mejor se trabajó fue en el entorno de Canido-Toralla. "Allí se realizó una siembra hace meses y es posiblemente uno de los mejores bancos que nos queda de almeja babosa en toda la ría", apunta Clemente Bastos. La flota de Redondela, con unos 80 barcos, es la más numerosa y sus capturas del primer día se estiman en unos 1.200 kilos de almeja babosa.

La otra sensación generalizada fue que, salvo contadas excepciones, a todos los barcos les costó cubrir los cupos máximos asignados por especie y tripulante. "Solo hay que mirar a que hora llegamos a puerto", explicaban algunos mariscadores a su llegada a la lonja de Cangas, señalando que su reloj ya marcaba más de la una del mediodía. Desde el puerto cangués salieron alrededor de una quincena de tripulaciones, con unas capturas globales de 185 kilos entre babosa y rubia. "Comparando los precios con otras campañas no están del todo mal, aunque entendemos que si se tiene en cuenta el esfuerzo que hace el sector y el trabajo que cuesta nunca son lo suficientemente razonables", apostillan desde Cangas. Desde Moaña salieron a faenar alrededor de 40 embarcaciones y desde el pósito indicaron que la inmensa mayoría cubrieron los topes asignados.

En el sector de la ría de Vigo argumentan que es prematuro sacar conclusiones de esta primera jornada de trabajo. "Los mariscadores están probando las zonas y estos días se van a estar moviendo buscando los sitios en los que está la almeja", apuntan desde la cofradía de Redondela, lo que a su vez también explica las dificultades para alcanzar los máximos permitidos. Lo que sí se confirma es la ausencia de berberecho, tal como se temían los mariscadores. La cantidad recogida ayer de la denominada clase "birollo" fue testimonial y se cotizó en lonja a menos de 2 euros el kilo.

La campaña de invierno del marisqueo a flote en la ría de Vigo se prolonga normalmente hasta el mes de marzo, a puertas de la Semana Santa. Después de dos meses de veda comienza la de verano, que se prolonga hasta mediados del mes de septiembre. Se trabaja en las mismas zonas, pero en bancos marisqueros distintos y buscando sobre todo la almeja rubia.