"Mucha gente y pocas ventas". La frase, de uno de los vendedores habituales, es la que mejor define la jornada de ayer en el mercadillo extraordinario que se celebró en Bueu con motivo de la festividad del Pilar. Y es que el buen ambiente que se vivió en las calles del municipio, especialmente a última hora de la mañana, no tuvo un traslado automático en las cajas de los diferentes puestos instalados en el lugar habitual, en el aparcamiento contiguo al Centro Social do Mar y las zonas aledañas.

Había cierto miedo por las inclemencias meteorológicas, pero los restos del temporal que llegó en días pasados a Galicia, y en concreto a O Morrazo, no se hicieron sentir en exceso. Al menos en cuanto a la aparición de la lluvia, que respetó a vendedores y paseantes. Tan solo se hizo sentir el viento del norte, marca de la casa de Bueu, que hizo en algunos momentos un tanto desagradable el paseo.

Con todo, pocos se asustaron a la hora de salir a la calle, y la imagen del mercadillo en las horas punta -pasadas las 12 de la mañana- era buena, con numerosas personas paseando entre los puestos y viendo los productos expuestos. Locales y algún que otro turista caminaba con tranquilidad y no perdía detalle de todo lo expuesto. Pero eso sí, no demasiados portaban las bolsas que delatarían su compra. Las recaudaciones no fueron todo lo buenas que se esperaban. y es que la salida a la crisis no es tan rápida como algunos piensan.