La Guardia Civil de Cangas quiere dejar patente que sus éxitos son los éxitos del pueblo, porque en sus intervenciones también participan otros cuerpos, como la Policía Local o Protección Civil, incluidas las autoridades locales y, por supuesto, la judicatura. La Guardia Civil lleva a gala eso de ser el cuerpo más valorado por los españoles y ayer abrió las puertas para que todos el mundo conociese sus secretos: familia, amistad y colaboración. Ese es el secreto mejor guardado de un cuerpo que se nutre, no hay que olvidarlo, de la gente del pueblo, a la que después sirve. Debe ser algo de lo que no es fácil desprenderse, porque por la misa del Pilar celebrada en la capilla de Coiro y por el cuartel de Cangas pasaron dos jóvenes guardias de 80 años y también muchos otros que ya están en la reserva. Comentaba ayer el teniente de la Guardia Civil de Cangas que esos guardias son los que más sienten este día.

Y ayer estaban todos: miembros de la Policía Nacional de Marin, jueces, abogados, procuradores, alcaldes y concejales de Cangas, ediles de Moaña, empresarios, miembros de diferentes asociaciones. Todos en un ambiente muy relajado y distendido, donde todo el mundo se mezclaba con todo el mundo, donde la Guardia Civil se comportó como el perfecto anfitrión.

Eso sí, fueron más los que se apuntaron al ágape que a la misa en honor a la Virgen del Pilar, en Coiro. De autoridades locales estaban solo en el templo miembros del Partido Popular, José Enrique Sotelo, Pío Millán y Dolores Hermelo, y también el concejal de Cangas Decide, José Luis Gestido.

Los guardias lucían sus mejores galas y esos guantes blancos que se visten para sacar a hombros a la Virgen del Pilar. La que hay en el cuartel es una imagen pequeña, pero muy bien cuidada.