No es fácil juntar una clase de hace tantos años. Corría el año 1967 cuando Maríá Estévez impartió clase en la escuela de Outeiro. Ella era natural de Vigo. Vivía en la calle Lepanto yacostumbraba a llegar a Cangas, como tantas otras personas, en transporte de ría, desde luego bastante menos confortable que el de ahora. Llegaba a las 08 horas de la mañana y se marchaba en el barco de las 18.00 horas. En Cangas acostumbraba a quedar con una compañera de profesión, Teresa, que daba clase en la también escuela nacional de la calle Saralegui.
Es la primera vez que se hace público que sus alumnas, esas que se ven en la fotografía al pie de las escaleras de la escuela de Outeiro, con mandilón y bien preparadas para ser inmortalizadas, se reúnen para una cena, que tendrá lugar a las 9,30 de la noche del día 30 en el Restaurante Areeiro.
Aprovecharán para recordar aquellos años, esa infancia perdida entre la encicopledia del régimen y laSección Femenina. Eran tiempos en los que alumnos y profesores rezaban el Ángelus juntos a las 12.00 horas, cuando repicaban las campanas; era la época de las migas de pan entre los dientes para disimular las caries, era la época de las campañas de vacunación, la de la leche en polvo y las conservas, la de la falda por debajo de la rodilla y el pelo preso por un lazo de tafetán. La juventud de esos tiempos a lo mejor compensa los sinsabores de aquella época tan negra.
El último dia para suscribirse a esta reunión de alumnas es el día 28 de octubre.