José Martínez es vicepresidente de la Federación de Cooperativas Fecoopaz en El Salvador y marinero de profesión en el cantón de Atarraya. Entró pasadas las 14 horas en la lonja de Cangas con sus dos compañeros, la gerente de su Federación, Francisca Soriano; y el gerente de la Fundación Cordes para el desarrollo rural y territorial, Mauricio Orellana. Los tres integran la delegación que visita esta semana Galicia dentro de los proyectos de cooperación que financia la Xunta a través de la ONG Asemblea de Cooperación pola Paz, para que conozcan prácticas de pesca y de acuicultura sostenible para llevarse ideas que puedan aplicar en su país. La intención era poder asistir ayer a una subasta de pescado en Cangas para comprobar el tipo de comercialización de la pesca artesanal. Pero el marisqueo a flote sigue cerrado por presencia de toxina y gran parte de la flota no faenó debido a las malas condiciones en el mar, por lo que no hubo subasta, sin embargo sí asistieron a la selección de un pequeño lote de camarón y José Martínez igualó la especie con la "mica" que pescan en su país, aunque los 50 euros que vale el kilo de camarón aquí, allí son 50 centavos de dólar. Este pescador insistía en que se trata de la misma especie, incluso llegó a probar camarón crudo, para comprobar que era el mismo sabor y que la única diferencia era que ellos los pescan en agua dulce, cerca del mar.
Preciamente la gran diferencia de precios entre un país y otro es uno de los aspectos que, por el momento, destacan en la visita que están realizando por Galicia, además del retraso tecnológico de 30 años de su país con respecto a Galicia: "Lo que aquí es pesca artesanal, allí sería industrial", asegura Mauricio Orellana, que constata que para ellos la pesca tiene unos precios "desorbitados" y algunos productos "allí ni siquiera se venden, los pescadores los devuelven de las redes al agua porque no tienen valor en el mercado, como puede ser el lenguado, que allá puede costar un dólar el kilo o un salmón, que no pasa de un dólar. Aquí vemos que es carísimo". Señala que las variedades que alcanzan mejor precio en su país son "el pargo o las parguetas, el robalo, la macarela o el camarón grande de agua salada, tipo langostino, que puede costar 4 dólares el kilo".
En la visita a la lonja de Cangas, los tres representantes de El Salvador estuvieron acompañados por el patrón mayor de la cofradía; Javier Costa; el gerente, David Fernández; además de Lucía Fraga, por parte del Centro Tecnolóxico do Mar (Cetmar), que organiza la gira; y Tania Jácome, de la ONG Asemblea de Cooperación pola Paz que desde hace más de 7 años trabaja en El Salvador en proyectos de desarrollo sostenible con la Fundación Cordes. La comitiva llegó a la lonja después de visitar el mercado de El Berbés, en Vigo; y la plaza de abastos de Cangas. Ya por la tarde se desplazaron hasta la lonja de Bueu en donde sí presenciaron la subasta del día.
Mauricio Orellana también destaca los avances en Galicia en materia de cotización del sector, ya que en su país los pescadores "no están bajo ningún régimen de Seguro Social, ni tienen prestación; el Estado tampoco ha incentivado el desarrollo de la cadena acuícula y pesquera". Señala que en acuicultura se ha hecho muy poco y ensalza el sector bateeiro que considera que podría "implementarse allá. No tenemos bateas. Muchas de las artes de pesca se pueden trasladar".
Otra de las cuestiones que destacan es el desarrollo en investigación y la mejora de las embarcaciones: "Pescamos en lanchas más pequeñas, incluso piraguas a remo. Nos falta mucho por desarrollar". También elogian los avances en comercialización y en transformación del producto "cómo partiendo de pocas especies en el mercado se pueden hacer otros subproductos". La Fundación de la que es gerente trabaja desde hace 7 años con la ONG Cooperación pola Paz, con financiación de la Xunta en proyectos para mejorar la pesca artesanal en su país. A través de los mismos dice que se han adquirido embarcaciones, se imparte formación técnica y se desarrollan cursos de profesionalización. Hoy visitan Marín.
