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Una relación tormentosa hasta el final

La plantilla de ambulancias en Bueu, Pontevedra y Marín critica el retraso de Transa para abonar sus nóminas antes de dejar el servicio

Una concentración de los trabajadores de Transa en las puertas de la Audiencia. // Gustavo Santos

Ni siquiera el fin de fiesta entre Transa y su plantilla va a estar libre de polémica. Las dos partes han tenido durante los últimos siete años una relación marcada por la conflictividad laboral, amenazas de expedientes, inspecciones de trabajo y una larga huelga. La empresa dejará el servicio dentro de justamente una semana, un adiós que no estará exento de tensión. El comité de empresa denunció ayer el retraso a la hora de abonar la nómina del mes de septiembre, un pago que han recibido con varios días de retraso, tras explicaciones contradictorias y ni siquiera completo. "A última hora de la mañana de ayer nos abonaron el 93% de nuestra nómina y dicen que intentarán pagar el 7% restante antes de mañan viernes", afirma desde la base de Bueu el presidente del comité de empresa, Alfonso Boullosa.

Un responsable de Transa se puso en contacto con Boullosa el viernes para presentarse y anunciarle que se iba a producir una demora a la hora de transferir la nómina del mes de septiembre, que debería hacerse efectiva "antes" del día 5. Al final no fue ni el día 5, ni el día 6 y ni siquiera el día 7. "Hoy [por ayer] nos llama para decirnos que se va a pagar a través del Banco de España [para que la transferencia sea directa a los afectados], pero ni siquiera de manera íntegra. Queda pendiente ese 7%, que dicen que van a intentar pagar antes de acabar la semana", explica el presidente del comité de empresa. Las explicaciones dadas por los responsables tampoco convencen a los trabajadores. "Primero nos dijeron que era porque el 061 no les había pagado, aunque nosotros teníamos constancia de que sí le habían pagado. La última explicacion fue que se debía a tensiones de tesorería y otros pagos", se quejan desde el comité.

Esta situación ha enrarecido el final de una relación laboral que nunca ha sido sencilla. Mañana mismo está prevista una asamblea de la plantilla, una reunión que iba a ser para dar explicaciones del encuentro que el comité mantendrá hoy con la nueva concesionaria y que asumirá el servicio a partir del jueves. "Íbamos a hablar de cómo se efectuará la subrogación de los contratos. Ahora hablaremos también de este asunto porque ha supuesto perjuicios para muchos compañeros", apunta Alfonso Boullosa. Ese retraso ha provocado que algunos trabajadores se quedasen con descubiertos en sus cuentas a la hora de hacer frente al pago de hipotecas, seguros... "Los compañeros van a tener que hacer frente al pago de una serie de comisiones por culpa de este retraso y vamos a pedir que la empresa asuma esos costes", avanza.

Transa tiene el concierto del transporte sanitario de urgencias del 061 en Bueu, Marín y Pontevedra. Entre finales de 2013 y principios de 2014 vivió su conflicto laboral más duro, con expedientes, una larga huelga y durante el que incluso se registró el incendio de dos vehículos -en Bueu y Pontevedra- todavía por aclarar. Aquella situación solo terminó cuando el dueño de la empresa pasó a un segundo plano y el control lo asumió el grupo Ambunova, con origen en Cataluña. Se entendía que era el inicio de una apuesta importante por asumir este área y otras nuevas de cara la nuevo concurso de gestión, celebrado a mediados de este año.

Sorprendentemente Ambunova perdió el concierto a pesar de la pacificación laboral durante este periodo y del importante desembolso económico realizado. Un desembolso que se entendía como una inversión de futuro. "Debió presentar algo mal en la documentación porque quedó excluida en la primera fase y el 061 otorgó el contrato a Ambulancias Pontevedra", cuenta Alfonso Boullosa. La nueva concesionaria comenzará el día 16 y el deseo de todos es que la relación sea mucho más amistosa que con Transa.

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