"No recuerdo una intervención tan dramática en un pleno como la de esta chica". Lo decía al finalizar la sesión del lunes un vecino de Bueu, antiguo concejal y asistente habitual a los plenos desde hace muchos años. La chica en cuestión es Silvia González, una de las vecinas del edificio Pintos afectada por la sentencia de derribo parcial y orden de desalojo. "Lo que quería es que el alcalde sintiese empatía con nosotros y con los que estamos enfermos en ese edificio", explica la joven. Desde hace años padece hasta cinco enfermedades degenerativas, catalogadas como "raras" por la Organización Mundial de la Salud (OMS). En estos momentos está a la espera del resultado de la valoración del tribunal médico, que debe dictaminar su grado de discapacidad. "Ya no confío en el alcalde. Por no confiar no confío ni en mi propia sombra. Se pasó un año mintiéndonos, diciendo que el plan se iba a aprobar", lamenta.

Silvia González vive en el piso junto a su pareja y sus únicos ingresos se limitan al cobro de la prestación del Risga (una renta básica de inclusión). "Si esto no tiene solución y no nos dan un sitio para alojarnos nos vamos a morir de asco. Hoy [por ayer] apenas me puedo mover después de la tensión del pleno", relataba desde el sofá de su casa. La incertidumbre con la que llevan viviendo en los últimos años se ha intensificado en las últimas semanas con la orden de desalojo y al comprobar cuan cerca está el derribo parcial, si los recursos judiciales no lo impiden. "Es muy duro vivir esperando a una puñetera sentencia, sin saber si te vas a quedar sin casa", denuncia. Esa tensión está afectando a su precario estado de salud. "Llevo una semana que no reconozco ni a mi propia familia y con unos dolores terribles", insiste.

Los propietarios responsabilizan de la situación a las sucesivas corporaciones del Concello de Bueu, aunque ahora las críticas se centran en el actual alcalde, Félix Juncal, por el retraso en la aprobación del PXOM. "Si no lo saben hacer, que pidan ayuda o que llamen a quien sepa", manifiesta.

En lo único que confía es en la gestión de su abogado. Con él acudirá precisamente mañana a la sede del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG) con la intención de entrevistarse con los jueces. "Queremos que nos conozcan. Tú puedes leer una cosa que está sucediendo, pero si ves que le está ocurriendo a la persona de al lado la cosa cambia. Queremos que nos conozcan y que sepan que somos inocentes, que nos han mentido desde el primer día", argumenta Silvia González.

La joven compara la situación que están viviendo con una pesadilla. "Pero una pesadilla que es real, que te despiertas por la mañana y que compruebas que es real. Te araña y te machaca por todos los lados", ilustra. La conclusión de los vecinos es clara. "Las palabras del alcalde ya sobran. Yo lo que quiero es que pare todo esto porque está a tiempo. El alcalde tiene miedo a entrar en la cárcel, pero no se está dando cuenta de que si no actúa dentro de cuatro años le tendrá que dar el bastón de mando a otro", sentencia González.