La Protectora de Animais do Morrazo entregó ayer el último de los nueve cachorros que permanecían en sus instalaciones de Broullón, en Moaña, tras ser abandonados en un camino de Coiro durante el fin de semana y recogidos por la Policía Local de Cangas. La adopción se ha producido "en un tiempo récord", como señala Lorena, una de sus cuidadoras, que destaca la "humanidad" de las familias que se han ofrecido para acogerlos frente a la crueldad de quienes optaron por abandonarlos a su suerte.

Las circunstancias han llevado a los nueve hermanos a destinos muy repartidos por la geografía gallega, donde se han enterado a través del periódico. Algunos se han quedado en la comarca, con nuevos hogares en Bueu, Moaña o Cangas, seguramente a poca distancia del lugar que los vio nacer. Otros han emprendido un viaje más largo, con nuevos hogares en Vigo, Redondela o Sanxenxo. Y no han faltado candidatos de Santiago o de otros municipios más distantes donde se han visto seducidos por esta historia de abandono que tiene un desenlace feliz.

La aventura de los nueve cachorros de la "manada dos morochos", como la bautizaron sus cuidadores, también contribuye a sensibilizar a la sociedad sobre el problema y a hacer visible la labor que desarrolla la Protectora para hacerle frente. Profesionales y voluntarios trabajan a diario en Broullón para que no les falte de nada, incluso algunos paseos semanales por el entorno para que los animales disfruten de la vida más allá de las cuatro paredes que los cobijan. Lo hacen porque es necesario, pero también con devoción y entrega a una causa solidaria.

Las jornadas de puertas abiertas o las charlas informativas como la que impartieron en la Ludoteca contribuyen a esa finalidad, y la próxima cita será el sábado en la feria artesana y biológica de Moaña. Allí podrán conocerse más historias de vidas perras y el manual de instrucciones para dignificarlas.