La tensión, y sobre todo la desesperación, de los vecinos ante el miedo a perder sus viviendas marcó el pleno de ayer. Sin duda, uno de los momentos de mayor emoción e incluso dramatismo lo protagonizó otra vecina, Silvia González. Esta joven está afectada "por cinco enfermedades degenerativas, incurables y consideradas raras por la Organización Mundial de la Salud (OMS)" y el piso del edificio del edificio Pintos es su única residencia, donde vive junto a su pareja. En un momento del pleno se levantó y se dirigió al alcalde, con una mezcla de dolor y pasión contenida. "¿Nos va a dejar el Concello de Bueu un lugar para dormir? -le interrogó-. Tuvo usted la valentía de firmar una orden de desalojo para que nos vayamos a la calle. Usted dormirá tranquilo mientras los demás nos tendremos que buscar un puente", afirmó durante su intervención.

"Nos dice que usted confía en los recursos que hemos presentado, ¿pero qué hace el Concello? Nosotros llevamos nueve años escuchándole y confiando en usted, que nos decía que el PXOM se iba a aprobar. Pero el puñetero plan sigue sin aprobarse y a lo mejor es que ustedes están haciendo algo mal", recriminó la joven al regidor municipal. "Es usted y solo usted quien me va a quitar el único lugar que tengo para cobijarme", reprochó a Juncal a raíz de la orden de desalojo.

Tanto su intervención como la de José María Alén fueron culminadas con aplausos por parte del resto de vecinos, que reprochaban al gobierno local su "falta de empatía".