Otra de las asignaturas pendientes es hacer frente a la situación en la que se encuentran viviendas que quedaron a medio construir, como consecuencia de la crisis y que ahora mismo se encuentran casi ocultas por la maleza, ofreciendo una estampa desafortunada, pero también real de lo que fue la burbuja inmobiliaria.

En Cangas hay chalés adosados que están sin terminar desde casi los comienzos de la crisis y su estado de abandono es total. Las vallas instaladas en su momento por las empresas constructoras para impedir el paso están ahora ya en mal estado, debido al transcurso del tiempo y es fácil entrar en estas fincas particulares, donde puede haber peligro.

El gobierno municipal también tiene pensado actuar en este ámbito, aunque es consciente de que es un proceso largo, porque las constructoras desaparecieron con la crisis y, también, estos edificios a medio construir fueron embargados y están en manos de las entidades bancarias.