El joven cangués Aarón Paredes, de 26 años, trabaja como socorrista en su municipio natal por segundo verano consecutivo. Ayer, desde la playa de Rodeira explicaba que "estudié el ciclo superior de actividades físicas y deportivas, así como Educación Infantil y Educación Primaria". La vigilancia en las playas le permite ganar un sueldo en verano "para pagar parte de lo que costaron los estudios y mis vicios". Asegura que el próximo año repetirá si no consigue "aprobar las oposiciones para ser profesor", que es su gran objetivo laboral.

"Durante el invierno juego al fútbol en el Cultural Areas, lo que me permite sacar algo de dinero", indicaba ayer mientras vigilaba la playa de Rodeira. Sobre la carga de trabajo de este año señala que en el número de urgencias menores "las cosas son más tranquilas que en 2014, cuando teníamos que atender muchas más picaduras de fanecas o de avispas".

Tiene contrato hasta el 31 de agosto. Será esa la fecha, precisamente, en la que expiren muchos de los contratos ligados a los servicios que se firmaron desde el comienzo del verano.