"Es imposible explicar cómo se llegó a esa situación. Nunca tuve abuelos, ni tíos, ni familiares cercanos, porque todos murieron en el campo de concentración de Auschwitz. Seguiré dando testimonio de lo que ocurrió en homenaje a todos esos muertos", señalaba Francis Papiernik, residente en Vigo e hija de dos judíos supervivientes del Holocausto: Micheline Wolanowski, que todavía vive, e Israel Charles Papiernik. Estas palabras se pronunciaron en el salón de plenos de Moaña, dentro del acto central de una programación que arrancó el lunes, con motivo del 70 aniversario de la liberación del campo de Auschwitz.

Personas de todas las generaciones llenaron el espacio, en el que escucharon de primera mano el relato de lo que fue in auténtico infierno en la tierra. Tanto Papiernik como Ania Horszowski, que actualmente vive en Caldas y, a sus casi 94 años, todavía recuerda cómo logró escapar del Gueto de Lvov, en la actual Ucrania, justo cuando iba a ser deportada a un campo de concentración. Su marido también estuvo en un campo y, con ayuda del hijo de ambos -Luis Horszowski-, Ania compartió ayer los recuerdos que todavía le asaltan.

"No se sabía lo que estaba pasando en aquella época. Me salvó un agente de la Gestapo cuando estaba en la cola del tren para ir a un campo. Todavía no sé por qué lo hizo", explicó. Mientras estaba en el Gueto de Lvov se enteró de que habían fusilado a su madre, "aunque nunca conseguí recuperar el cadáver", y vio como su padre fallecía por una enfermedad.

Su hijo reconoce la dureza "de ser hijo de supervivientes, porque con 6 años ya conocía perfectamente lo que ocurrió. Muchos de nosotros acabamos por tener miedo de todo". La pareja se acabó asentando en Venezuela "después de firmar un documento reconociendo que eran católicos", lamentó su hijo.

En un acto que comenzó con una simbólica entrega de flores a las protagonistas de la noche, de manos del alcalde y la edil de Cultura, tomaría la palabra Francis Papiernik para explicar cómo perdió a casi toda su familia en el famoso campo situado en tierras polacas. "Mi padre fue el único que sobrevivió. Estuvo tres años allí encerrado. Era judío y militaba en las juventudes socialistas de Francia cuando lo detuvieron", recuerda. Explicó también la historia de cómo su madre, francesa de nacimiento, se libró por azar de ser enviada a una "factoría da morte", como describiría poco después el catedrático de Historia y presidente del Consello da Cultura Galega, Ramón Villares.

Francis Papiernik recordó como su padre difundió lo que vivió en libros y periódicos desde poco después del cierre de Auschwitz. "Nunca entendí cómo pudieron vivir una vida normal después. Son personas optimistas, positivas y que creen en el ser humano", describió.

Ramón Villares aprovechó su participación para enfriar un ambiente cargado de emotividad y exponer una visión histórica de lo ocurrido, en lo que denominó "unha das páxinas máis negras da humanidade". Valoró el hecho de contar con dos testimonios provenientes de Francia y Polonia, que afrontaron lo ocurrido de forma muy distinta. "En Francia, durante moitos anos, non se recoñeceu o problema que houbo de antisemitismo non só na parte ocupada polos nazis, senón tamén no goberno colaboracionista de Vichy", explicó. Reconoció las dificultades que tienen los historiadores para explicar por qué sucedió ese genocidio y cómo es posible "que millóns de persoas estiveran sendo asasinadas e ninguén soubera nada". Hizo un recorrido por los principales campos de concentración y citó a autores que difundieron lo ocurrido, como el escritor italiano Primo Levi.