Insultos, descalificaciones personales, exabruptos varios, falta de conocimiento de los propios estatutos de Podemos, acusaciones de todos tipo, salidas de tono que acabaron en salidas de la sala donde se desarrollaba la primera asamblea de esta agrupación en Cangas y la consideración de su secretario xeral, Nelson Quinteiro, de que se estaba cometiendo un golpe de estado.

La asamblea dejó en evidencia a esta organización, en la que un menor de edad tuvo que coger el micrófono para pedir cordura, mientras los opositores a Nelson Quinteiro se empeñaban en la tarea de empañar la imagen de Podemos a golpe de acusaciones que después los representantes de Pontevedra acallarían echando manos de los estatutos. A las dos dimisiones ya anunciadas dentro del Consejo Ciudadano se iban a sumar ayer otras dos. Es decir, de siete miembros de los que se compone este órgano, cuatro estarían en contra del secretario xeral, es decir, tendrían mayoría para ejercer el control dentro de este aparato de decisión de Podemos, sin embargo optaron por hacer ruido, por pedir la dimisión de Nelson Quinteiro, al que acusaban de no querer emplear el whatsapp como fórmula de comunicación y de tratar de hacer del Consejo Ciudadano un órgano cerrado de decisión, olvidándose de los círculos.

La oposición se afanó en no buscar soluciones, en atacar a Quinteiro y a decir, concretamente una representante de la candidatura de Podemos Galicia, que es de Cangas, Tania Castro, que las formas de Nelson Quinteiro no eran las de Podemos, algo que sus compañeros de Pontevedra, que acudían en plan de observadores oficiales, lo desmintieron, tirando de estatutos. A la hora de cerrar esta edición, seguía la discusión y la oposición no había dado el paso que se sugería de presentar una propuesta de revocación del actual Consejo Ciudadano democráticamente elegido, para lo que hace falta el 10% de la asamblea, pero para lo que hay que esperar 6 meses. "Las pregunta más complicada más adelante, responde Madrid. Ahora estamos trabajando para cambiar el país", dijo uno de los observadores.

La imagen vivida ayer en la asamblea de Podemos era surrealista. No más de 40 personas y unos enfrentados con otros en una disputa en la que también se mezclan rencillas personales y dejan ver el interés de algunos en presentarse a través de una plataforma en la que participen miembros del denominado banco de talentos.

La deriva fue total desde el primer minuto de la asamblea. La oposición a Quinteiro empezó pidiendo que los puntos 5 y 6 del orden del día, donde se trataban las dimisiones de Nuria Ruiz y Ricardo Casas, pasaran a ser el primero y el segundo. Una voz crítica con Quinteiro manifestó "queremos cambiar el país y estamos haciendo lo mismo que se hace en los plenos de Cangas, dejando lo importante para el final, cuando ya no queda nadie". Quinteiro argumentó que el orden del día obedecía a un criterio cronológico y estatuario. Su oposición pidió que se debatiera esta cuestión y él consideró que lo normal es que se votara nada más. Se votó y Nelson Quinteiro perdió el primer envite. En medio de este debate se lanzaron insultos. "No consiento que un analfabeto...", dijo uno y otro manifestó respecto al banco de talentos que había que ver cómo se iban a formar ¿O vamos a crear un Nardo Faro Lagoa en Podemos?. Hubo aludidos y, de repente, uno profesor de habla portuguesa que pertenece a Podemos Cangas y que elaboró el documento de Cangas en Positivo, se levantó contrariado. Sostuvo que desde la oposición se le estaba despreciando e insultando y optó por marchar. Poco después un compañero fue a buscarlo fuera y lo convenció para que participara otra vez en la asamblea. Tanto el dimitido Ricardo Casas como Nuria Ruiz y sus seguidores dejaron constancia de que no confiaban en Nelson Quinteiro. Un miembro del Consejo Ciudadano que sí apoya al secretario xeral, Koldo Gonilas, se preguntaba qué estaba haciendo en una asamblea de esas características, donde hay bandos plenamente organizados y con total pérdida de confianza, por lo que así era muy difícil construir un proyecto común".

Tania Castro de la candidatura de Podemos Pontevedra se ocupó muy mucho de hacer creer los presentes que el proyecto de Nelson Quinteiro no tenía nada que ver con Podemos. Desde el bando del secretario xeral se pidió mociones de censura para echar abajo la candidatura, mientras Nelson Quinteiro insistía una y otra vez que se había cumplido con todo lo que figuraban en los estatutos de Podemos, como más tarde se comprobó. Tampoco se entendía muy bien como a la semana de constituirse el Consejo Ciudadano hay podía haber divergencias, sin dejar articular fórmulas para la participación de los círculos dentro del Consejo Ciudadano.

En fin, fue una demostración esperpéntica de la política. No se reparó en las ganas de cambiar el país, sino que se centró en luchas intestinas sin ninguna altura de miras. Y todo esto el día después de en Grecia ganara Syriza.