No era fácil, pero finalmente el Aturuxo de Bueu se alzó con el galardón a la mejor sala de Galicia en la segunda edición de los Premios Martín Códax da Música. Las otras candidatas al premio eran la sala Garufa, en A Coruña, y Capitol, en Santiago. Este último local podría considerarse a priori el gran favorito, tanto por sus condiciones técnicas como por los artistas que han pasado por su escenario a lo largo de los últimos años. Sin embargo, el jurado decidió estrenar este premio con un reconocimiento a los pequeños recintos como el Aturuxo, que en su caso lleva más de veinte años programando música en directo y apostando por la cultura. "A verdade é que estamos moi agradecidos e en absoluto agardaba isto", reconocía ayer el alma máter del Aturuxo, Víctor Cabaleiro "Leiro".
La gala de entrega de premios se celebró en el Pazo da Cultura de Pontevedra, que registró un lleno absoluto. El local buenense tiene el honor de estrenar este reconocimiento puesto que el galardón a la mejor sala, denominado Premio Organistrum, se entrega este año por primera vez. "Quixen adicar o premio a Asociación de Músicos ao Vivo, ao resto de salas de Galicia, ao público e a xente que vén á sala, así como a todo o persoal do Aturuxo, familia e amigos", explicaba ayer Leiro, sobrepasado por tantos mensajes de felicitación. El responsable del Aturuxo ponía especial énfasis en el público porque "coa súa asistencia ao local e aos concertos fan posible que isto siga adiante".
La creación de este reconocimiento específico para las salas y locales de concierto es también un motivo para reivindicar su papel como dinamizadores culturales. "As salas temos unha dimensión cultural , somos algo máis que un local de cervexas e refrescos e de ambiente nocturno. Somos un espazo de cultura", defiende Leiro. En este sentido, el Aturuxo, que el año pasado celebró sus primeros 20 años de vida, puede ser considerado como un pionero y un ejemplo.
Los retos
Los retos para el futuro son muy claros. Por un lado, mantener una programación "estable, variada e de calidade" y, por el otro, conseguir atraer al público. "Especialmente á xente nova, que parece que lles costa máis acceder a un concerto", subraya Leiro. El público y la entrada de las nuevas generaciones a estos espacios son clave para el futuro y supervivencia de un sector dinámico, pero tremendamente golpeado por la crisis. "Sen xente que veña aos concertos e ao resto de actividades culturais non hai opción de facer nada", sentencia Leiro.
