A primera hora de la tarde acababan varios meses de gestiones y Golfiños Park, el primer parque acuático de la ría de Vigo, atendía a sus primeros clientes, la mayoría niños y niñas que celebraban un cumpleaños. Los propietarios, emprendedores de la comarca que vieron en el ocio acuático una oportunidad de negocio, aunque sea estacional, confían en que la asistencia se consolide en las próximas semanas y poder amortizar la "importante inversión" realizada, tanto en elementos de juego como en personal de atención al público y en permisos de ocupación de lámina de agua, que tuvieron que solicitar a Costas, Capitanía Marítima y Concello de Cangas.

El parque dispone de columpio, trampolín con rocódromo, pista de obstáculos, balancín, iceberg y dos camas elásticas, una redonda y otra cuadrada, así como elementos auxiliares, de fijación al fondo a través de "muertos ecológicos" y seguridad. "Sabemos que esto no es el Mediterráneo, que aquí el mar se mueve más, pero hay personal encargado de revisar a diario los anclajes", tranquilizan los propietarios, que orientan la atracción "a todas las personas, a partir de seis años o 1,20 metros de altura", que comprueban con un medidor a pie de playa. El horario es de 12 del mediodía a ocho de la tarde, de lunes a domingo, el precio, cuatro euros por 25 minutos de disfrute y siete euros por 50 minutos, y a los elementos de juego se llega nadando, con los correspondientes chalecos salvavidas y la supervisión de los socorristas. Hay seis empleados, el aforo máximo es de 60 personas -que deberán portar una pulsera como las que se utilizan en otros espectáculos y conciertos-, aunque el tope se establecerá en algunos menos para minimizar el riesgo de incidentes.

El período de trabajo se corresponde con las vacaciones estivales, por lo que el parque acuático se desmontará a finales de septiembre y se almacenará hasta el próximo verano, si no hay "alternativa" invernal. El plan económico es a cinco años y sus promotores confían en el éxito de la iniciativa.