La casa de A Roiba fue concebida por Ramón Vázquez Molezún como una especie de refugio para su familia, un espacio que la familia se ha esmerado en conservar y que “siempre ha estado y siempre estará abierta a todo aquel interesado en visitarla”, explican. El arquitecto coruñés, que además era un gran pintor, es uno de los más reconocidos de la arquitectura española de la segunda mitad del siglo XX. En 1951 recibió el Premio de Arquitectura de la Dirección General de Bellas Artes por el Teatro al Aire Libre homenaje a Gaudí; en 1955 obtuvo el Premio Nacional de Arquitectura por el proyecto del Museo de Arte Contemporáneo de Madrid y en ese mismo año junto a Manuel Suárez y Amadeo Gabino logra el Gran Premio de Arquitectura en la Trienal de Arte de Milán; en 1957 consigue el primer premio por la construcción de la delegación de Hacienda en A Coruña junto a Antonio Tenreiro y Alejandro de la Sota; en 1958 recibe primer premio en la Exposición Universal de Bruselas por el pabellón de España; y en 1970 junto a colaboradores como Felipe García Escudero construye el centro de investigaciones para la empresa ITT y reciben en 1971 el premio mundial del Industrial Building Design de Chicago como mejor edificio del año.

Ese listado incluye también la Medalla de Oro a la Arquitectura Española en 1992, la Medalla Castelao en 1993 (poco antes de morir) y ya a título póstumo la Medalla de Honor Unión Fenosa en 1995.