La casa que el arquitecto Ramón Vázquez Molezún (1922-1993) construyó en A Roiba es una de las construcciones más singulares de Bueu y como tal ha aparecido en numerosos libros y revistas especializadas en arquitectura. La intención del Concello de Bueu, que ahora tramita su Plan Xeral de Ordenación Municipal (PXOM), es incluirla como elemento protegido. Pero esta vivienda se encuentra desde hace tiempo en una situación más que delicada debido al cambio en las mareas que provocó la construcción del espigón del puerto de Beluso, lo que ha obligado a la familia del reconocido arquitecto a poner en marcha una iniciativa de micromecenazgo o crowdfunding. El objetivo es reunir 20.000 euros para afrontar las obras más urgentes y evitar que el deterioro llegue a un punto de no retorno.

La construcción data de finales de la década de 1960 y, tal como explica la hija del arquitecto, Vázquez Molezún la diseñó después de analizar el comportamiento de las mareas y la rompiente de las olas. "Es como un barco varado en las rocas de la playa y nada en la vivienda es convencional: la planta sótano es un pañol que se inunda cuando suben las mareas, las estancias son camarotes que durante el día permanecen abiertos y se conectan en un espacio unitario, diferentes sistemas de poleas abren y cierran compuertas y las cubiertas recogen agua de la lluvia para su reutilización", explica. La construcción se asienta tomando como base parte de los muros de mampostería de una antigua fábrica de salazón y hasta hace unos años no sufrió ningún percance.

La situación cambió con la construcción del espigón del puerto deportivo de Beluso. "Modificó el comportamiento de las mareas y todas las precauciones que tomó mi padre en su día de poco sirven en la actualidad. Las olas rebotan en esa escollera y son devueltas con gran fuerza contra la zona sur de la casa", explica María Vázquez. Esas olas traen muchas veces consigo piedras y rocas de importantes dimensiones que están poniendo en peligro una de las construcciones más relevantes de la arquitectura moderna en España en el siglo XX.

La familia decidió, a sugerencia de un grupo de amigos también relacionados con la arquitectura, comenzar una campaña de micromecenazgo a través de Internet para reunir los fondos necesarios y acometer las obras de reparación. El presupuesto final era muy elevado, razón por la que se dividió en fases y se solicita la colaboración ciudadana para la primera y más urgente. "Es prioritaria y hay que hacerla antes de invierno. Lo que se pretende es un saneamiento de los forjados de la terraza sur con una técnica de agua a presión. Luego se impermeabilizarían y se recubrirían para protegerlos contra las agresiones del mar", explica la hija del arquitecto. Para el año 2015 quedaría una segunda fase consistente en la conservación del resto de la vivienda y para la que la familia del arquitecto buscaría otras vías de financiación.

La reparación necesita una intervención especializada y el presupuesto asciende a 20.000 euros. La campaña de micromecenazgo se ha puesto en marcha a través de la plataforma Kuabol.com y quedan apenas quince días para conseguir el objetivo. Hasta la fecha se han recaudado más de 7.600 euros gracias a las 115 aportaciones de 81 mecenas. Esas aportaciones van desde los 5 hasta los 900 euros y esos mecenas recibirán una recompensa en función de su donación. Esos reconocimientos incluyen la posibilidad de figurar en los créditos del libro y la página web conmemorativa que se realizarán, estancias de fin de semana en la casa refugio de A Roiba o grabados originales del propio Vázquez Molezún, que forman parte de series numeradas.

Hasta la fecha la página de Kuabol ha recibido unas 7.200 visitas y el proyecto cuenta con más de 600 seguidores en Facebook. "La buena respuesta de la gente ha sido una sorpresa muy positiva y la iniciativa ha funcionado muy bien. A ver si somos capaces de llegar a los 20.000 euros los quince días que faltan", expresa María Vázquez.