Un salto en la promoción turística y, de paso, en su economía es lo que busca el Concello de Cangas convirtiéndose en punto de destino de miles de pasajeros que llegan a Vigo en grandes cruceros. Los responsables municipales creen que la villa alberga múltiples atractivos que hay que dar a conocer a través de excursiones y viajes organizados que se ofertan a bordo, y ya trabajan en esa dirección manteniendo contactos con una firma mayorista que comparte la idea y ve factible llevarla a cabo. Cruzar la ría para pasar una jornada en Cangas, conociendo su historia y su riqueza cultural y gastronómica, sería una alternativa a las rutas que ya benefician, principalmente, a Santiago de Compostela, pero también a otras poblaciones de menor entidad y más próximas a Vigo, como Baiona, A Guarda o Pontevedra, entre otras.

La idea lleva tiempo rondado en los despachos municipales, pero fue el alcalde quien mantuvo recientemente una entrevista con el responsable de una importante empresa comercializadora de paquetes turísticos para los cruceristas y que le mostró una "magnífica acogida" a su propuesta, según afirma José Enrique Sotelo, que espera ver fructificar la propuesta en un próximo encuentro con un alto representante en España de la firma. MSC Cruceros, una de las "gigantes" del sector, estaría entre las posibles compañías interesadas, según deja entrever el regidor, e insiste en que Cangas "está preparada" para afrontar ese reto a corto plazo.

La oferta canguesa incluiría recoger a los cruceristas en el puerto de Vigo a primera hora de la mañana y cruzar la ría en barco de pasaje, acompañarles con guía turística en un breve recorrido por el casco histórico (visitando la excolegiata, la Capela do Hospital y las tradicionales casas de patín, entre otros puntos de interés) y luego trasladarlos en autobús hasta la parroquia de O Hío para conocer el cruceiro más emblemático de Galicia así como el santuario galaico-romano de Berobreo, en O Facho de Donón. La intención es que los cruceristas coman en restaurantes de Cangas antes de regresar al puerto de Vigo para continuar la travesía.

Los gobernantes municipales son conscientes de que la rentabilidad económica se restringiría a la hostelería y el pequeño comercio, y no directamente a los hoteles, ya que el turismo de cruceros se aloja en el propio barco, que suele navegar entre puertos desde que cae la tarde hasta primeras horas de la mañana, y por lo tanto no pernoctan fuera de él. Aún así, confían en que la "buena imagen" que se llevan estos turistas, de nivel adquisitivo medio y alto, sirva para que algunos de ellos repitan visita en condiciones más ventajosas.

Otra de las ventajas que ofrece este sector es el fluir constante de pasajeros durante todo el año -aunque el verano es la temporada alta-, lo que contribuiría a desestacionalizar un poco el turismo, uno de esos objetivos que políticos y técnicos suelen repetir con frecuencia en sus planes de actuación, aunque lograrlo es más complejo. Con respecto a los costes de este programa para el Concello, el alcalde sostiene que son "perfectamente asumibles" y la inversión necesaria es "mínima". Se limitaría a gasto corriente y a la dotación de personal de la oficina de turismo de forma más estable, así como a la señalización y publicación de guías específicas en varios idiomas.