El ensanche y urbanización de la carretera Espíritu Santo-Boubeta, que licita la Diputación por 1,3 millones de euros, precisa del acuerdo de los promotores con alrededor de un centenar de propietarios de terrenos colindantes con el trazado. Para resolver dudas sobre la propuesta, algunos de ellos asistieron ayer por la tarde a una reunión en el salón de plenos con el jefe de infraestructuras de la institución provincial, Manuel González Juanatey, y el alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo, junto a otros representantes de ambos departamentos, que confían en un acuerdo "que satisfaga a todas las partes" y permita agilizar los trabajos. Diputación y Concello apuestan por cesiones voluntarias y compensadas por la construcción de muros de contención y cierre de las fincas, mientras algunos dueños de fincas reclaman que se valoren sus bienes y de les indemnice de acuerdo con su valor de mercado o un justiprecio.

La licitación de la obra ha despertado un enorme interés entre las empresas constructoras, que han presentado un total de 32 ofertas para realizar los trabajos, entre ellas algunas de las "gigantes" del sector que acuden a estas licitaciones para paliar la escasez de obra pública de envergadura . La mesa de contratación las está valorando antes de decidir en función de la oferta económica, el plazo de ejecución de los trabajos o la garantía de calidad de las mismas, entre otros baremos.

Los responsables municipales y provinciales tienen intención de que las obras comiencen "antes de finalizar el verano", aunque son menos precisos a la hora de apuntar una fecha de remate que, en cualquier caso, no sería el próximo año, según esas estimaciones. Sotelo apuesta por que el proyecto se ejecute "rápido y bien", de acuerdo con las necesidades en infraestructuras y las prioridades e intereses de los vecinos afectados.

Una de las principales preocupaciones que los afectados expusieron ayer en la reunión que el alcalde de Cangas, el concejal de Obras y Servicios, el de Medio Ambiente y el jefe de Infraestructuras de la Diputación, Manuel Gonzáez Juanatey fue la de los servicios. Juanatey dejó muy claro que los postes del tendidos eléctrico desaparecerías, tanto los de la línea como los de las acometidas a casas, porque el cableado iba enterrado. Aún así mostraron sus dudas de que Fenosa procediera a sacar los postes, algunos en fincas particulares. El jefe de Infraestructuras de la Diputación insistió en que esos trabajos se encuadraba dentro de un convenio que la Diputación tiene con Fenos, que no había de que preocuparse. Pero aún existía el recelo de algunos. "Si Fenosa non os tira os tiramos nos con unha pala, non se preocupen, alí no van a quedar, ademáis eso teñen que facerlo durante a fase de ejecución da obra, non despois. También comentó el alcalde José Enrique Sotelo que los vecinos afectados por la urbanización de la carretera de Coiro y que cedían los terrenos para las aceras no iban a perder edificabilidad, algo que preocupaba un sector de los afectados presentes en el salón de plenos. También se insistió en que nadie va a salir perjudicado en la reposición de los muros. Juantaney confirmó que se iba a respetar los muros de piedra que hubiese que retranquear se iban a reconstruir de igual forma, aún con mayor seguridad. Sotelo añadio que nadie se preocupara que por 20 centímetros la Diputación de Pontevedra no iba a tirar ningún muro. Se cambiarán tuberías de saneamieto y se hará canalización de pluviales, además el agua será canalizadas a través de un tubo que van dentro de las aceras. También se pidió a las comunidades de agua que si tiene que hacer una canalización aprovechen ahora, después por cinco años no se podrá tocar la carretera, ni ellos ni Aqualia, ni las compañías de telefónicas ni las eléctrcias, que ya fueron advertidas.