Tras cinco años de vertiginoso ascenso, el número de familias de la comarca que se ven obligadas a recurrir a Cáritas Diocesana Tui-Vigo en busca de ayuda parece haber tocado techo. Su presidente, Ángel Dorrego, detecta una "estabilización" de la demanda en su cota más alta desde que comenzó la crisis: uno de cada 50 ciudadanos. Alerta, sin embargo, de que este estancamiento es "muy preocupante", porque "muchos" de los casos se han convertido en "crónicos" y tienen "difícil solución".

A esta organización católica recurrieron a lo largo de 2013 a 11.300 personas. Son un 12% más que el año pasado y más del doble que en los inicios de la crisis (4.899 en 2008). Las parroquias ase hicieron cargo de 6.550, mientras que los casos más complejos llegaron a Cáritas Diocesana (4.750 habitantes). Dorrego explica que son "muchas las situaciones personales totalmente cronificadas", que tardan entre 8 y 9 meses en integrarse en la sociedad o, al menos, en dejar de depender de la ayuda de Cáritas, cuando antes lo hacían en menos de un trimestre. Sucede de forma frecuente que gente que logra integrarse, regresa en busca de ayuda cuando porque se le acaban las prestaciones o pierde el empleo.

La media de los ingresos mensuales de las 1.535 familias que asistió Cáritas Diocesanas no alcanza los 330 euros, mientras que el 20% no tiene nada. "Cada vez las familias son más jóvenes y con más menores a su cargo", en una tendencia que se ha acentuado en los últimos años. De hecho, el 60% tienen hijos (923) y se las ven obligadas a arreglarse con 363 euros al mes. Un total de 401 familias con menores son monoparentales y sus ingresos aún son menores (350 euros).

El perfil de los usuarios, es el de más de dos generaciones viviendo bajo un mismo techo por no contar con más recursos para independizarse. Sus miembros, en edad laboral, suelen ser desempleados de baja cualificación profesional que buscan trabajo de forma activa.

La organización de la Diócesis de Tui-Vigo les ayudó, el año pasado, con casi 400.000 euros. Un poco más que en 2012, pero menos que en el actual, en el han presupuestado medio millón de euros. Sus 14 trabajadores han llegado al límite de su capacidad para atender las peticiones, por lo que empieza a haber lista de espera. En vez de destinar más fondos a salarios, repartirán algo de trabajo a las parroquias, a las que destinarán 60.000 euros para que hagan una primera atención y se pueda llegar así a más gente.

Han prestado atención social a 1.272 familias a las que, entre otras cosas, han otorgado 156.142 euros en ayudas de alimentación (5.977 casos) y 99.932 euros para pagar facturas (978 casos). Han pagado la guardería de 54 niños y aportado plazas de centro de día a 15 menores. En cuanto al servicio de empleo, han orientado a 649 personas con casi 12.000 atenciones e invirtieron casi 60.000 euros en formar a 186 personas. Lograron trabajo una tercera parte. También prestan apoyo psicológico (a 69 personas), ayuda en temas de salud (a 46 familias) y asesoramiento jurídico (a 570 ciudadanos).

Sobre la apertura de comedores escolares en verano, Dorrego explicó que la organización que preside lo descartó por "denigrante", pero estudian otra fórmula: una especie de cocina económica a la que los padres puedan acudir a recoger la comida.

Cáritas Diocesanas Tui-Vigo contó con un presupuesto de más de un millón de euros en 2013, donde el 64% procede de la aportación solidaria de los colaboradores privados y fieles, que creció un 29%. "Dependemos de la generosidad de las personas, ya que la Administración solo aportó el 35%. Es el año que menos nos ha ayudado"; subrayó Ángel Dorrego.

En la presentación del balance también estuvieron presentes el portavoz de comunicación del Obispado, Alberto Cuevas, y el delegado de Acción Caritativa y Social, Jaime Barrecheguren, que presentó los actos de la Semana de la Caridad, que este año llevan por lema "Construyendo espacios de esperanza".