Desde el gobierno cangués el concejal de Urbanismo, Rafael Soliño, explicaba ayer que todavía no tenía conocimiento oficial del traslado que pretende realizar Conservas Iglesias. Sin embargo, sí que reconoce que era un asunto sobre el que había rumores desde hacía meses. No oculta que en términos económicos sería una mala noticia que una industria histórica del municipio se traslade a otro término municipal, esto tendría repercusión incluso sobre los ingresos que obtiene el Concello merced a los impuestos que pagan las empresas radicadas en Cangas.

De todas formas, Soliño alude también al "espacio enorme que ganaría todo el pueblo de Cangas en plena fachada al mar". Y es que el Concello proyecta desde hace tiempo crear una gran plaza junto al mar en la zona de Ojea, y adaptar varios espacios para ubicar el Museo del Mar, dando salida al rico patrimonio ligado a la industria ballenera, y el Museo Bernardino Graña.