El vecino de Domaio Delio Juncal y su mujer María del Carmen Ribeiro siguen inmersos en la guerra de denuncias. Esta semana lo hicieron ellos ante la Guardia Civil de Cangas por entender que son "víctimas de un acoso por parte del alcalde" después de hacerse público que el Concello había abierto cinco expedientes de sanción contra él por la emisión de ruido, a través de la radio con altavoz que tiene instalada en un galpón de su casa, en el barrio de Calvar, con más decibelios de los permitidos. Los expedientes los abrió el Concello con mediciones encargadas a la empresa Virocem. La instalación de esta radio está vinculada, aunque ellos aseguran que es para espantar pájaros, a un enfrentamiento que mantienen con el vecino Amancio Costa, por la apertura de un portal sobre su terreno.

En la denuncia, Delio Juncal niega que, tal y como aparece en los expedientes, tenga la radio encendida desde las 09.00 hasta las 23.00 y añade que le parece extraño que de las mediciones se obtengan distintos resultados de decibelios, porque ellos se limitan a apagarla y encenderla. Como argumento al acoso que dicen sentir hacen un resumen de antecedentes. Se remontan a 2008 cuando comenzaron los problemas con el vecino por un cierre perimetral de su finca que linda con el camino "Do barquiño" en donde está el cruceiro de O Carballo do Raposo, considerado patrimonio de interés cultural y que convierte a los terrenos que lo rodean en un radio de 50 metros en zona protegida por lo que todas las construcciones necesitan de autorización de la Consellería de Cultura. También, que de acuerdo con el PXOM el camino tendría que haber estado retranqueado por el vecino a 8 metros y ahora tiene 5. Señala que pese a las denuncias en la Xunta y el Concello, su vecino siguió construyendo sin impedimento, hasta que obligado, el Concello procede a precintar las obras, pero añade que el precinto duró mientras duró el anterior alcalde ya que Amancio Costas reinició las obras.

En la denuncia hace constar que desde entonces recibe constantes llamadas telefóncias a su domicilio, algunas del inspector de Obras y del alcalde para que cese en sus denuncias, incluso solicitó de la empresa telefónica el archivo y custodia del registro de llamadas. Asegura que existe un círculo de influencia del alcalde en el que además de dos policías, está la concejala de Urbanismo y dice que como consecuencia de sus denuncias, el Concello reabrió un expediente de derribo de un galpón de su propiedad que había sido paralizado por un acuerdo con el anterior alcalde si cedía terreno para un camino. Pero dice que el vecino pidió la ejecución del derribo que ejecutó el Concello y que mientras el ayuntamiento es inoperante con el vecino, a él le derribaron el galpón y no sólo el número 4 de la sentencia, sino el 3. Además el Concello le abre expediente por otro galpón donde tiene la radio, que finalmente no prosperó por una errónea calificación del terreno, pero se ha vuelto a abrir. Reprocha que para el derribo de su galpón todo fue celeridad y nada sucede con la construcción de su vecino pese a que el Valedor ha instado a las administraciones para que se reponga la legalidad en el entorno del crucero. También dice que en la misma situación se encuentra un ático por él denunciado y recuerda que ya llevó la actuación del alcalde a Fiscalía. Añade que el círculo del alcalde no encontraba por dçonde hacerle daño y ahora se fijan en la radio, que lleva instalada hace 4 años, y nunca ha molestado a nadie. Afirman que respetan los horarios y no consideran que se trate de un volumen excesivo. Confirman que la radio la tienen sintonizada todo el día con Radio Marca. Entre otros aspectos en su denuncia, dicen que el alcalde tiene una enemistad contra ellos por las reiteradas solicitudes de información desde 2012 sobre su empresa y patrimonio, sin obtener respuesta.