La cuidada selección que se hizo este año: solo 30 obras pictóricas y 10 escultóricas alcanzaron la final, elevó el nivel de la Bienal de Arte no Morrazo. A ello también contribuyó la presencia en el jurado y en la organización de este evento de la Universidad de Vigo a través de la Facultad de Bellas Artes de Pontevedra. Y en este sentido se escucharon voces en el acto de apertura de la bienal. La distribución de la obra y la calidez de la sala permite gozar de una buena exposición que en muy poco se parece a la del catálogo. Eso sí, la obra es variopinta. Aquí caben todos los conceptos.

Al espectador escéptico llamaba poderosamente la atención la obra titulada la "carreta invertida" de Amaya González Reyes. Una carretilla forrada de fieltro negro que permitía al profano declarar sin rubor que él no sabía de arte. Pero la mayoría de los asistentes al acto eran artistas o parientes de artistas, así que se cuidaban muy mucho de realizar comentarios en voz alta. Había quien se acercaba a las pinturas y ofrecía toda una explicación de la técnica y de la temática. Pero algunos la miraban del derecho y del revés; se agachaba e incluso la tocaban y no encontraban el sentido. Quizás, el sentido, es el que dijo Camilo Camaño, el comisario de la exposición, en su intervención, "humanizar el mundo".

Los teléfonos móviles son impertinentes cámaras que se cuelan en exposiciones como ésta para sacar los colores y captar la instantánea más descuidada. Los artistas se sacaban fotos con su obra colgada en las paredes y también se pretendía hacer arte en estas instantáneas, que tienen mucho de golfo e irreverente.

Hubo acto oficial sí. No podía faltar. Allí estaban el alcalde de Cangas, José Enrique Sotelo; el concejal de Cultura, José Luis Gestido, el comisario de la exposición, Camilo Camaño, el edil de Cultura, José Luis Gestido, Sonia Barreiro, representando a la firma patrocinadora, Frigoríficos de O Morrazo y el portavoz de ACE, Xosé Manuel Pazos, que se había colado de refilón y al que Camilo Camaño forzó a hablar. Él, siempre tan reivindicativo, pidió que se recuperara pronto el carácter anual del evento que empezó siendo una reunión de artistas de O Morrazo. Sotelo habló de la importancia de la Bienal más allá de las fronteras gallegas y Sonia Barreiro agradeció a todos el que Frigoríficos de O Morrazo participara de esta muestras llena de capacidad para construir.