Los vecinos que viven en los alrededores de la carretera PO-315, que discurre desde el centro de Bueu hasta Beluso y Aldán por la costa, se encontraron durante la mañana de ayer con una sorpresa inesperada. El nuevo pintado del vial marca una línea continua prácticamente ininterrumpida desde el entorno de Achadiza hasta el centro de Beluso, algo que motivó las primeras quejas vecinales y que obligaron al Concello de Bueu a ponerse en contacto con la Xunta de Galicia para que reconsiderase la situación. "Sempre e cando non afecte á seguridade vial", puntualiza el alcalde, Félix Juncal.

El marcado de la carretera es la última fase de las obras de mejora que se ejecutaron durante los últimos meses en este vial y los vecinos de las zonas mostraron ayer su estupefacción porque en algunos puntos significa un cambio importante. Es el caso de los residentes en la barriada de San Telmo, en Achadiza. "Con la nueva señalización no pueden incorporarse en dirección a Beluso y si vienen desde Bueu no pueden girar para acceder a las viviendas", explicaba ayer el edil de Obras e Servizos, Fidel Castro, que recibió algunas de las quejas vecinales. Esta situación se repite en otras zonas del trazado y afectan a cruces secundarios que antes disponían de una marca discontinua para permitir desplazamientos laterales o para incorporarse a la PO-315 o a alguno de esos viales secundarios.

Una vez que desde el consistorio se tuvo constancia de la situación, el aparejador municipal se puso en contacto con el responsable de obra para abordar la nueva situación creada. "Gustaríanos que na medida do posible se busque unha solución, sempre e cando non afecte á seguridade vial xa que non sabemos se estamos ante unha aplicación máis restrictiva da lei", explica el regidor, Félix Juncal. Desde la Xunta de Galicia se comprometieron a valorar esta nueva problemática y a trasladar una respuesta a los afectados o al propio Concello.

Las quejas se centraron en el tramo entre Achadiza y el centro de Beluso, mientras que desde la Policía Local y Concello no se tiene constancia de problemas similares en el núcleo urbano de Bueu, donde también se pintó la calle Pazos Fontenla. En este caso, el marcado sirvió para recuperar una serie de plazas de estacionamiento entre los cruces de las calles Johán Carballeira y Santán, un espacio que se había perdido durante las obras de urbanización de Massó debido a la necesidad de ampliar la acera con una solera de hormigón y que redujo la anchura de la calzada.