Todas las partes implicadas en la construcción del paseo marítimo de Seara, que deberá unir las dos sendas peatonales de Moaña que en estos momentos se interrumpe entre la Casa do Mar y el edificio Salitre, se citaron ayer en el Concello moañés. No fue la primera reunión pero sí a la que asistió la jefa provincial de Costas, Cristina Paz-Curbera. El objetivo es desbloquear el proyecto de paseo que pretende financiar la Consellería de Infraestructuras y que suscitó oposición por parte de distintos colectivos. La última palabra la tendrá ahora Costas del Estado. Curbera se comprometió a trasladar a los técnicos de este organismo tanto el proyecto que venció el concurso público como la propuesta inicial del arquitecto Juan Rivas.

Entre los asistentes, además del arquitecto y la responsable de Costas, estaban los técnicos municipales, el alcalde, José Fervenza, la concejala de Medio Ambiente, Susana Varela, y representantes de la Asociación de Veciños A Praia-A Seara, del centro de la villa, y que se opone al proyecto oficial al entender que implicaría derribar los dos astilleros tradicionales que se ubican en este espacio. Ahora ambas carpinterías de ribeira son utilizadas por un colectivo de restauración de embarcaciones tradicionales y la demanda es que se conviertan en un museo sobre la cultura marinera de Moaña.

"Existe boa disponibilidade para tratar de chegar a un acordo. Agora Costas conta cos dous proxectos e agardamos unha resposta nuns días, pode implicar modificacións no proxecto aprobado que teñan máis consenso", explicaba tras la reunión el regidor, José Fervenza.

La demanda de los vecinos es una actuación que discurra sobre el mar, con un paseo pilotado, y con espacio para que accedan embarcaciones a los dos astilleros. El proyecto aprobado finalmente implica un paseo por tierra, utilizando una franja de seis metros de ancho en el frente costero.

El alcalde y la jefa de Costas apuntaron a que si se aprobó este proyecto es porque la primera opción no obtendría la autorización necesaria. "Costas non autorizaba a invasión do dominio público, tal e como se repetiu na reunión. Entendíamos que non era executable un paseo sobre o mar", concluye el alcalde.