En numerosas ocasiones los policías locales de Cangas se habían quejado del incumplimiento de la ley y habían manifestado el peligro que corrían por carecer de armamento, sobre todo en servicios de noche. En diciembre de 2011, ante la oleada de robos nocturnos en establecimientos, la Policía Local de Cangas volvió a alertar de que carecía de medios para enfrentarse a diario a posibles delincuentes. Pedían que las autoridades les eximieran de atender asuntos de orden público.

Nardo Faro mantenía que la pistola no se guardaba en un armero porque no había y que los agentes no realizaban prácticas de tiro, mientras que la concejal responsable de la Policía Local, Marisa Prieto (PP) aseguraba que estaba todo en regla. Antes del citado pleno la edil y Nardo Faro mantuvieron un tensa conversación.

La pistola fue adquirida en el anterior mandato, cuando Cangas era gobernada por BNG y PSOE, después de que ACE se desvinculara el tripartito. La intención de ese gobierno era la de ir armando progresivamente a los agentes, en función del presupuestos del que dispusiera.